thumb do blog Renato Cardoso
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Ayer acabó a la medianoche

Ayer acabó a la medianoche
Todos tenemos un pasado. Cosas que hicimos, que hicieron con nosotros y que nos sucedieron. Cosas que estamos orgullosos de contar y otras que no tanto. No escogemos la familia en que nacemos. El color de la piel. La fecha de nacimiento o el país. El sexo. Y eso es prácticamente todo lo que no podemos escoger sobre nosotros mismos.

El resto está en nuestras manos.

Mientras que no podemos hacer mucho sobre nuestro pasado, nuestro futuro todavía está por ser decidido. Por eso no sirve mirar hacia atrás con arrepentimiento o remordimiento. Llorar nuestras tristezas, traumas, pérdidas e infortunios de antes no va a cambiar nuestro futuro.

La buena noticia es que el ayer acabó cuando el reloj marcó la medianoche. Hoy es un nuevo día. Eso quiere decir que puede decidir hoy un nuevo camino para usted. El infiel puede volverse fiel. El ladrón puede comenzar una vida honesta. El enfermo puede reanimarse y decidir no morir antes del tiempo. La prostituta puede transformarse en una mujer de Dios. Usted puede cambiar prácticamente todo lo que quiera en su vida.

Solo depende de su decisión.

Usted no necesita ver todo el mapa, del principio al fin, para comenzar su jornada. Dé el primer paso. Después uno más. Si se cae, recomience. Pero mire siempre hacia adelante. Y abandone ahí en el suelo el fardo de su pasado. No lo cargue más.

Porque ayer acabó exactamente a la medianoche.

Hecho.

Por la misericordia del SEÑOR no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron Sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad. Lamentaciones 3:22-23

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