A continuación: escenas del resto de su vida
[Este post empezó aquí. Pero hay quien dice que empezó aquí.]
Todo el mundo tiene una historia. Y mientras vivimos, vamos haciendo nuestra historia con nuestras decisiones, elecciones y actitudes. Como actores en una película, nosotros tendemos a continuar cumpliendo el papel que aceptamos.
No estoy hablando apenas de historia en el sentido de lo que ya pasó con nosotros, sino también – y especialmente – de lo que todavía va a pasar. Ese futuro, la historia que aún no sucedió, nos da la oportunidad de cambiar el rumbo de nuestro personaje.
¿Cuál es la historia de vida que usted está viviendo? ¿Cuál es el papel que usted cumple en esa historia? ¿Cómo quiere usted que sea de ahora en adelante?
La historia que usted cree para sí mismo, aquella que usted se cuenta y abraza para sí, es la historia de vida que usted tendrá. La historia en estas palabras: “yo soy un vendedor nato” probablemente le dará un futuro de alguien que está siempre vendiendo algo – sea un producto, una filosofía de vida, o a sí mismo a otras personas. “Yo no soy hombre de una sola mujer” es una historia que muchos hombres se cuentan y viven. “Yo no consigo encontrar a nadie” es la historia de muchas encalladas que, a causa de esta historia que ellas se cuentan a sí mismas millares de veces, terminan asumiendo el papel de solas. Profecías auto-cumplidas.
Defendí anteriormente que el poder de una historia está unido a nuestra capacidad de hacerla suceder. Por lo tanto, es inteligente que yo me alíe a alguien que tiene mucha capacidad y que se interesa en hacer de mí una historia de éxito. No conozco a otra persona más calificada para eso que el propio Dios.
Dios es el gran Director de una historia maestra que incluye a toda la humanidad. Él busca personas, “actores” digamos así, que crean en esa historia y acepten cumplir el papel que Él tiene para ellas. Para figurar en la historia de Dios, yo tengo que entender el papel que Él quiere que yo haga, creer en él, y asumirlo totalmente. El buen actor es aquel que encarna el papel. Él pasa meses preparándose, entrando en la mente del personaje, imitando la voz, vistiendo las ropas… e incluso muchos tienen dificultad de abandonar el personaje aún después de las grabaciones de la película…
Para entrar en la historia de Dios, ganar un papel destacado en ella, yo tengo que actuar de la misma forma. Tengo que creer con todas mis fuerzas en el papel que Él tiene para mí – encarnar el personaje. Si Él dice “Sé tú una bendición”, como le dijo a Abraham, yo tengo que asumir ese papel y pasar a ser una bendición. Si Él dice “Tú puedes mover montañas con tu palabra, y nada te será imposible” (Mateo 17:20) – entonces yo tengo que mantenerme en este papel y actuar de acuerdo.
Fue así que hombres y mujeres de fe se destacaron en la historia de Dios – creyendo, asumiendo el papel que Dios les había dado.
Pero la historia de Dios continúa. Sus promesas están ahí, para quien quiera creer. Él ya determinó un papel destacado para usted. Pero si usted no cree, ese papel va para otro que crea.
• Alguien será el mayor empresario del año en su ramo. Podrá ser usted o su contrincante.
• Alguien dejará su pasado de horror y se volverá una nueva persona. Podrá ser usted u otro que crea.
• Alguien dejará de ser pobre y pasará a ser millonario porque creyó en una idea de negocio. Podrá ser usted o alguien que fue más osado.
• Alguien abandonará todos sus bienes y planes personales e irá al altar para predicar el Evangelio donde Dios mande. Podrá ser usted o quien valore eso más que a todo.
• Alguien será tan feliz con un nuevo amor que se olvidará el dolor de un amargo divorcio. Podrá ser usted u otra persona divorciada que abrazó este nuevo papel para ella.
Entre en la historia de Dios. Asuma su papel. Actúe como quien cree totalmente.
Es usted quien decide las próximas escenas.
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