thumb do blog Renato Cardoso
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4° Paso (Números): Crezca

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Haced el censo de toda la congregación de los hijos de Israel… registrando uno por uno los… que pueden salir a la guerra en Israel. Números 1:2-3

El libro de Números trata de dos asuntos principales — (1) el recuento de los capacitados para la guerra y (2) las rebeliones del pueblo que resultaron en el retraso de 40 años y en la consecuente muerte de los incrédulos en el desierto.

El primer aspecto resalta la importancia de la disciplina y organización para el crecimiento. Observe que fue el propio Dios quien ordenó el censo de Israel. Al final una persona desorganizada, indisciplinada, que no sabe distinguir la mano derecha de la izquierda, no tiene muchas oportunidades de vencer sus luchas. No es por casualidad que la disciplina y el orden son principios vitales presentes en cualquier ejército victorioso.

Esta disciplina tiene que empezar en el interior de la persona. Muchos quieren ser hombres de negócios donde tendrán que administrar decenas y centenas de funcionarios, pero todavía no saben administrar su própia família o su própio cuerpo. Otros quieren casarse y tener una familia, pero no administran bien su própio dinero – cuanto más el de una família. Muchos quieren tener un cuerpo bonito y saludable pero no dejan de comer demasiado y tampoco quieren saber de hacer ejercicios. Existen los que quieren predicar el evangelio, “tener un ministerio”, pero hacen poco para poner en práctica lo que predican. Y los ejemplos siguen.

Disciplina y orden en la vida son esenciales para el crecimiento. Confusión y desorden son sinónimos de atraso, no de progreso.

El Señor Jesús resaltó el uso de esa inteligencia al ilustrar el costo del discipulado. Ningun rey con diez mil soldados va a la guerra con otro que venga en contra de él con veinte mil. Quiere decir, tenemos que saber con lo que contamos antes de partir para la guerra.

Claro que no solamente con LO QUE contamos — pero, también, con QUIÉNES contamos.

Dios resaltó con el censo que todos los soldados de Israel en realidad le pertenecían a Él. En la ley de Moisés el censo era ocasión de fiesta solemne, dónde todos deverian dar una ofrenda en el valor de la mitad de un siclo. Era un valor simbólico, que todos, ricos y pobres, tenían que pagar por “el rescate de su persona” (Éxodo 30.11-16).

Aquello era para acordar a todos que ellos pertenecían a Dios, y no a si mismos; y que nadie era mejor o peor que nadie. La idea era prevenir el pueblo de enorgullecerse de su propia fuerza y confiar en el número de sus soldados.

Y fue exactamente ahí que el pueblo de Israel falló, como nos cuenta la otra parte del libro de Números.

Cuando llegaron cerca de la tierra prometida y los doce espías volvieron para contar lo que habían visto, el pueblo tuvo que tomar una decisión. Diez espías dieron un malo informe de la tierra, y dos (Josué y Calebe) hablaron bien. Entonces el pueblo, fijandóse apenas en números y en la fuerza de su brazo, dudó, murmuró contra Dios, y quiso retroceder.  El resultado desastroso ya lo conocemos.

Nuevamente, como en Éxodo, el libro de Números refuerza la idea de que el Señor es Hombre de Guerra y que Él busca para sí los que son capaces y valientes para salir a la Guerra.

Resumiendo:

– Orden y disciplina hacen parte del carácter de los que son de Dios.
– Usted no puede crecer  lo que usted no controla, no mide, o no disciplina.
– El guerrero necesita de disciplina y el disciplinado necesita ser de guerra — sin eso, no habrá crecimiento.

¿QUÉ HACER con ésta información?

– Agregue orden, prioridad y disciplina a su vida.
– Remueva toda la basura, confusión, desorden de su mente, cuerpo, casa y trabajo.
– Sea un guerrero en la vida, un valiente que no huye de los desafíos, pero que los abraza, pues sabe que el Señor de la Guerra es con él.
– Acuérdese : ¡El que no crece, desaparece!