EL BAAL DE HOY

¿Quién y cuáles son sus dioses? Ellos no solo se restringen a ídolos de piedra, madera o mármol, pueden asumir diversas formas, representando cualquier cosa o persona que ocupe el lugar más importante en su vida.

La historia de Dios y del ser humano es una gran historia de amor, traición, abandono, perdón, rescate y Salvación, todo eso y mucho más. El que se interese por conocer la historia de Dios y del ser humano como obra prima entenderá que esta historia se trata de todo eso.

En la Biblia, uno de los libros que relata esto de una forma profunda e incluso chocante es Oseas. Usted se hará un gran favor así mismo al leer este libro. Al comienzo, Dios se refiere al pueblo de Israel como la «esposa» que se prostituyó, que se entregó a los amantes, que eran otros dioses. El Creador fue fiel, hizo todo por ella, sin embargo, ella abrazó a los amantes, a dioses que no eran dioses.

«Y será que en aquel tiempo, dice el Señor, Me llamarás marido mío, y nunca más Me llamarás Baali», Oseas 2:16 RVA.

Es curioso cómo en ese versículo hay un juego de palabras, porque Baali en hebreo significa marido, y marido significa el que cuida, el protector. Todo eso quiere hacer Dios por Su pueblo, como un marido que ama a la esposa y hace todo por ella.

Dios quiere cuidarnos, pero cuando elegimos otras cosas y personas para poner en ellos nuestra dependencia, esa actitud es la misma a una mujer que decide cambiar de marido. Ella elige otro hombre para que la toque, no quiere abrirse con el marido, porque cree que conversar con otro hombre es más interesante. No quiere estar en casa ni dormir en la misma cama, sino que desea estar en la cama del amante. Así es como Dios Se siente, traicionado.

Cuando nos referimos a dioses, abarcamos una gama muy amplia de cosas y personas que pueden encajar en esa descripción. Los dioses no solo son objetos de palo o metal hechos por artesanos puestos en estantes. Los diez mandamientos dejan en claro que los dioses de palo y de piedra son abominación, por eso, Dios mandó a Gedeón que destruyera el altar de Baal, Jueces 6. En otras palabras, Dios dijo: «Ustedes pusieron un Baal en Mi lugar, ¿y reclaman que los abandoné?».

Dios no permite que creemos algo con Su imagen, porque Él es mucho más grande que eso, tampoco quiere que el ser humano haga un dios con sus propias manos y que se curve ante él. El que crea es más grande que lo que creó. Por lo tanto, si alguien puede ayudarme, este alguien es el que me creó y no lo que creé.

Además, el momento en que la persona le da la espalda a Dios, llenará el espacio de Dios con otras cosas. Muchas personas han puesto en lugar de Dios la opinión del médico, del abogado, el dinero, el horóscopo, al amigo, a la novia, al novio, a la esposa, al marido, al hijo, a la persona que ya murió, la inteligencia humana, la belleza física. Y la prueba de que todo está por encima de Dios es que la persona hace por los demás más de lo que haría por Dios. Usted hace mucho más por Baal que por Dios, abro paréntesis, no está mal que vaya al médico ni que converse con un abogado o que estudie una carrera en la facultad, el problema es ponerlo por arriba de Dios en su vida.

Si quiere volver a Dios, lo primero que debe hacer es cortar su relación con Baal, ahí sí, las cosas cambiarán para usted.

Vea el video completo.

imagem do author
Colaborador

Obispo Renato Cardoso