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Usar la fe vs. Consumar la fe

¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Santiago 2:22-23

Podemos usar la fe de diferentes formas:

Orando, ayunando, participando de las reuniones, aprendiendo y poniendo en práctica, perdonando, diezmando, ofrendando, evangelizando, etc. PERO, ¿TODO ESO NOS HACE QUEDAR EN LA DEPENDENCIA DE DIOS? ¡¡¡Nunca!!!

Por eso las personas dicen tener fe y no entienden por qué la vida no cambia.

Podemos usar la fe, y debemos, ¡a cada día! Pero hay momentos en los que tenemos que CONSUMAR NUESTRA FE, y solo hay una forma – SACRIFICIO. El sacrificio es la consumación de la Fe.

Si la Promesa no se cumplió en la vida de quien dice tener fe, creer en Dios, etc., entonces, según el Texto Sagrado, es porque le falta CONSUMAR su fe a través del sacrificio voluntario.

Según el diccionario, consumar es: Que se consumó, acabado, perfecto.

EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE, nuestro SEÑOR JESUCRISTO, solo después de HABER HECHO TODO, CUMPLIENDO las Escrituras al SACRIFICARSE por nosotros, gritó: ¡¡¡ESTÁ CONSUMADO!!!

¿¿¿Por qué??? Porque en ese momento SU FE llegó al punto más alto, al extremo. No había nada más para hacer, llegó al límite, a la PERFECCIÓN.

Para materializar la fe tenemos el día a día con oraciones personales, decisiones, lectura y meditación en la Palabra de Dios, nuestras reuniones diarias, etc. Pero, para CONSUMAR LA FE, es solamente cuando vamos hasta el EXTREMO, quedando en la dependencia de Dios.

Ob-Julio