Hace algunos años, estando ya en la Universal, una mujer, que es miembro de la iglesia, vino hasta mí y me dijo que Dios le había mostrado que yo no iba a tener hijos, pues era estéril. Yo, una niña en la fe, temiendo dudar de que aquella profecía no viniera de Dios, no hice nada, pensando que si eso sucedía era a causa de los errores que había cometido.

Después de un tiempo, me mudé de aquella ciudad y me casé. Pocos meses después de mi casamiento, descubrí que tenía un mioma que crecía muy rápido, y el médico dijo que yo corría riesgo de perder el útero. Entonces me acordé de aquella mujer, de sus palabras.

Entendí que era algo diabólico y luché durante un año y medio en la fe, y entonces fue realizada una cirugía que, gracias a Dios, fue exitosa y tengo mi útero perfecto. No fue necesario retirarlo, incluso porque no lo acepté.

No tengo hijos porque mi marido y yo elegimos no tenerlos, por creer que es una cobardía colocar a un hijo en este mundo repugnante, y no porque no los pueda generar.

En aquella época, me acuerdo de que ella decía que tenía el Espíritu Santo, pero hoy sé que era un espíritu engañador. A pesar de haberme mudado de ciudad, sé que ella todavía está en la iglesia y, probablemente, continúa siendo engañada por el diablo con ese asunto de revelación y profecía.

Entonces, no es solo en otras iglesias que eso sucede, sino incluso dentro de la Universal.

Gracias a Dios, en estos últimos años, Él ha abierto nuestros ojos y ha usado al obispo para alertarnos sobre las artimañas del diablo, de forma incesante. Eso ha hecho que yo crezca, que tenga más entendimiento y discernimiento sobre lo que es verdad y lo que es engaño y, con eso, hoy no me dejo llevar más por ese tipo de cebo del diablo.

Luciene

ALERTA GENERAL

Si alguien se entera de que hay un “profeta o profetisa” en la Universal, por favor, denúncielo inmediatamente al pastor y también al líder regional, para que sean tomadas las providencias inmediatas.

¡Muchas gracias!

¡Que Dios los bendiga!