Me desperté y fui a leer, y algo vino a mi mente, una pregunta que quiero dejar registrada aquí y que les pido que respondan con toda su sinceridad.

Vamos a pensar un poco y a evaluar antes de responder, para que no sea una respuesta ensayada, memorizada o copiada, y sí verdadera.

Estoy meditando mucho estos días sobre la “VISIÓN”. Desde el simposio, no paro de pensar en eso. Y en seguida me acuerdo de cuando me convertí, de cómo llegué a la iglesia, de mi manera de ser mundana, de las ropas indecentes, cortas, etc.

Permanecí durante un buen tiempo así. Hasta que, un bello domingo, el pastor hizo una búsqueda y el Espíritu Santo vino sobre mí, recuerdo que fui bautizada vistiendo una minifalda rosa pink. Salí radiante de la iglesia aquel día.

Cuando llegué a casa, antes de cambiarme, me miré al espejo y me sentí desnuda con aquella ropa, ridícula. Enseguida pensé: “¡¡¡Mi Dios!!! ¿¿¿Cómo tuve el coraje de salir de casa así, tan indecente???” ¡Fue instantáneo! La venda espiritual cayó de mis ojos, finalmente podía ver.

Hoy entiendo que no era yo, sino el Espíritu Santo dentro de mí, tan puro, tan limpio, tan Santo, que me hizo ver con Sus ojos.

A partir de entonces, todo lo que antes me atraía dejó de tener brillo, y lo que yo nunca había visto en toda mi vida, de repente pasó a formar parte de mi vida cotidiana.

Hasta hoy eso se refleja en las elecciones de mis amistades. Se refleja en las elecciones que hago al ver un programa de TV, en cada artículo que leo, libros, etc. Y como los tiempos cambiaron y hoy se hace uso de la tecnología, mis elecciones en el momento en que navego en internet tienen el mismo requisito. O sea, elijo solamente lo que me atrae, lo que me llama la atención, aquello que, para mí, tiene brillo, tiene valor, tiene importancia y va a sumar en mi vida espiritual.

Entonces, mi deseo allí es leer cosas que combinen con la persona que vive dentro de mí: el Espíritu Santo.

Claro que en todo debemos ser equilibrados. Hay momentos de esparcimiento, etc. Sin embargo, debemos autoevaluarnos y meditar sobre lo que nos llama la atención en las páginas virtuales. ¿A qué le hemos dado más importancia al leer, al mirar? Quizás, las cosas fútiles han llamado más la atención que algo que realmente sume en nuestra vida. Existen los que utilizan internet para dar frutos para el Reino de Dios, y existen los que utilizan las redes sociales para esparcir el marketing de sus productos, o bromitas sobre lo que promueve un modismo popular, como músicas sin el menor sentido y otras tantas cosas tan ridículas.

Cosas vacías que están invadiendo su tiempo tan precioso.

Debemos usar el raciocinio y de hecho entender que nosotros no somos más de este mundo, sino que somos un mundo dentro de este mundo, hasta que Jesús venga a buscarnos.

Por lo tanto, lo que debe llamar mi atención, aun estando en esta Tierra, son cosas que forman parte de “MI MUNDO”.

La pregunta es:

OBS: Antes de responder, visite su muro del Facebook y otras páginas que tenga. Visite lo que usted publica con más frecuencia. Dele un vistazo y vea cuáles son las páginas que suele seguir, vea cuáles son las personas que forman parte de su grupo de amigos, vea también lo que suele leer, el tipo de artículo que le atrae, etc.

Y entonces responda: ¿Qué mundo ha atraído su preciosa atención?

¡Que tenga un lindo día!

Silvia Ferreira – Aracaju (SE)