Un Grito desde el Cielo
“Yo os he amado, dice el SEÑOR…” Malaquías 1:2
El amor de Dios es un hecho. Sin embargo, nunca se sebe pensar que tal amor es capaz de tolerar el pecado. Dios es Justo, es Perfecto, es Puro, perdona la iniquidad del arrepentido, es tardío en airarse, pero jamás tendrá por inocente al culpable. Su Justicia, Santidad y Pureza no admiten que Su amor se case con las injusticias, corrupciones e impurezas humanas.
Entienda los textos proféticos:
“El SEÑOR es tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable…” Números 14:18
“El SEÑOR es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable…” Nahúm 1:3
Muchos cristianos, ligeramente, se han apoyado en el hecho de que Dios es Amor. A causa de eso, viven la fe sin compromisos del Temor de Dios. Se corrompen con toda clase de inmoralidades, idolatrías, mentiras y engaños. Se alían con el mundo. Sus pecados son tan latentes que llegan a cegar el entendimiento de la Palabra de Dios. Tienen ojos, pero no ven; tienen oídos, pero no logran oír. Están perdidos en el fondo del pozo, pero no pierden la postura, supuestamente, cristiana. Corren hacia el mal y aún inducen a otros al error de seguir sus pasos.
La situación espiritual y moral de la época de Malaquías en nada difiere de los días actuales en el medio del cristianismo divorciado de la Alianza hecha en la Cruz del Calvario.
En aquella oportunidad, el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel envió al profeta Malaquías con un pronunciamiento judicial – sentencia pronunciada – contra Israel, la cual no era diferente a la sentencia pesada de Jeremías a los falsos profetas y sacerdotes corruptos de su época. En la oportunidad, el Señor les dijo: “… arrancaré de Mi presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres; y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.” Jeremías 23:39-40
La pregunta que no quiere callar es: ¿será que el Mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, en la Persona de Su Santo Espíritu, está satisfecho con la situación espiritual de Su pueblo – el Nuevo Israel – la Iglesia Cristiana?
¿Será que hoy en día no hay sentencia pesada contra los “cristianos” cuya fe ha sido ligera, es decir, gente que solo es convertida mientras está dentro de su iglesia o denominación?
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