Un cabaret procesa a la Universal
En Aquiraz, en Ceará, la señora Tarcília Bezerra construyó una expansión de su cabaret cuyas actividades estaban en constante crecimiento después de la creación del seguro de desempleo para pescadores y otros varios tipos de bolsas.
En respuesta, la Iglesia Universal local inició una fuerte campaña para bloquear la expansión, con sesiones de oración en su iglesia a la mañana, a la tarde y a la noche.
El trabajo de ampliación y reforma progresaba rápidamente hasta una semana antes de la reinauguración, cuando un rayo alcanzó al cabaret quemando las instalaciones eléctricas y provocando un incendio que destruyó el techo y gran parte de la construcción.
Después de la destrucción del cabaret, el pastor y los miembros de la iglesia se elogiaban por “el gran poder de la oración”.
Entonces, Tarcília procesó a la iglesia, al pastor y a toda la congregación, con el fundamento de que ellos “fueron los responsables por el fin de su edificio y de su negocio, utilizando la intervención divina, directa o indirecta, y de las acciones o medios.”
En su respuesta a la acción judicial, la iglesia, vehementemente, negó toda y cualquier responsabilidad o cualquier relación con el fin del edificio.
El juez, a quien el proceso fue sometido, leyó el reclamo de la autora y la respuesta de los reos, y, en la audiencia de apertura, comentó:
– Yo no sé cómo voy a decidir este caso, pero una cosa es patente en los actos. ¡TENEMOS AQUÍ A UNA PROPIETARIA DE UN CABARET QUE FIRMEMENTE CREE EN EL PODER DE LAS ORACIONES Y A UNA IGLESIA ENTERA DECLARANDO QUE LAS ORACIONES NO VALEN NADA!
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