Obispo, mi nombre es Camila y soy de la IURD desde 1999, con mucha alegría. Siempre presté mucha atención a sus prédicas respecto a la familia, el matrimonio, los hijos. También estoy casada y soy madre de dos niñas. Pero, desde hace un tiempo, comencé a observar todavía más sus prédicas, trato de comprar todos sus libros y los devoro rápidamente. A algunos los leo más de una vez. Lo curioso es que, aunque usted no me conozca, parece que yo lo conozco desde hace años, como si fuese alguien de mi propia familia. Mi mirada está muy atenta en cuanto a lo que usted predica sobre su esposa, la Señora Ester. Sea en los libros o en el altar, las palabras son dulces, cariñosas y me hacen reflexionar sobre el gran referente de mujer que es.

Nosotras las mujeres buscamos siempre un referente a seguir. Yo, por ejemplo, tengo en mi madre el buen temperamento, el carácter, la generosidad, los valores a ser admirados y seguidos, pero me hacía falta un referente de fe, pues en esa cuestión, infelizmente, no me pude reflejar en ella.

Las mujeres de fe del pasado son modelos a ser
seguidos, pero vivimos en el siglo XXI y había una necesidad en mi interior de buscar en una figura femenina un modelo a ser admirado.

Y a cada prédica suya, o hasta en una biografía leída, mi atención se enfocaba en el papel de su esposa y comencé a admirarla cada vez más, porque queda claro que detrás del gran hombre de Dios que es usted, existe una gran mujer de Dios.

Entonces decidí adoptar un dicho muy simple, tal vez algo poético, pero que ha sido dirigido por el Espíritu Santo. Cada vez que enfrento una adversidad con mi esposo, o algún problema, yo me detengo y pienso así: “Si fuese la Señora Ester, ¿Qué haría? ¿Cómo actuaría ella?”

Doblo mis rodillas y lo pongo en las manos de Dios, pero mostrándole a Él que la escogí como referente de mujer. Desde entonces, los resultados han sido gratificantes y muy honrosos, dicho sea de paso.

¡Qué bueno fue haber descubierto ese ejemplo de mujer! Gracias por compartir con el pueblo de la Iglesia sus virtudes de mujer ejemplar de la que tanto he aprendido.

Dios los bendiga.

En la fe.

Camila – São Caetano do Sul/SP