Segundo Amor

No sentir más esa emoción del primer encuentro no significa, necesariamente, abandonar el primer amor. La alegría de la salvación, liberación del pasado y de la mala conciencia, el enorme deseo de salvar a otros, hacer la voluntad de Dios y obedecer Su Voz, son algunas características de la fe activa. Ellas proporcionan la experiencia inolvidable del primer encuentro con Dios. Pero, en la práctica, el primer amor se destaca por el deseo de ganar almas. Quien nace del Espíritu quiere, como mínimo, lo mismo para sus semejantes. Cambiar esa perspectiva significa el abandono del primer amor.
El paso de los años enfrió a muchos del objetivo inicial. Su visión espiritual de los perdidos cegó y dio lugar a la visión de sí mismos.
Y ahí se cumple la profecía: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:39).
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