Recuperarse
Existe una samba bellísima, escrita por el compositor y poeta Paulo Vanzolini, que ejemplifica, con clareza y realidad, la condición del obispo Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal, en lo que respecta al rescate de su honrado nombre, y también en lo que se relaciona a la inclusión, sin retrocesos, de la Iglesia Universal del Reino de Dios en el seno de la sociedad brasileña, como una de las instituciones más importantes de nuestro país. El nombre de la samba es Volta Por Cima, cuyo refrán forma parte del imaginario del pueblo brasileño: “Reconoce la caída y no se desanima. Se levanta, se sacude el polvo y se recupera”.
Y fue exactamente lo que la figura, la personalidad más prominente de la Iglesia Universal hizo y así se condujo. Trató de trabajar aún más. Inauguró centenas de iglesias en todo el mundo; hizo del periódico “Folha Universal” un récord de tirada, que hoy es de 2,5 millones de ejemplares semanales, además de haber valorizado e invertido en la TV Record, la segunda emisora más poderosa del país, y que, seguramente, será la primera, solamente basta darle tiempo al tiempo.
Después de 19 años de su injustificable detención, el obispo Edir Macedo es recibido en el Palacio del Planalto por la presidente electa, Dilma Rousseff, que tuvo el apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente más popular de la historia del país, con un 87% de aprobación del pueblo – un récord mundial – que superó los índices de popularidad de mundialmente conocido Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica, además de ser el político más importante del continente africano de todos los tiempos.
La invitación recibida por el obispo Edir Macedo para la toma de posesión de la presidenta Dilma Rousseff es extremadamente simbólica, porque rescata, no solamente su nombre, sino, sobre todo, a los fieles de la Universal que se sintieron ofendidos y lastimados con el gran escándalo que fue la detención del líder religioso. Al aparecer en la televisión Record y tener su imagen censurada por la TV Globo, Edir Macedo, de forma humilde, nos enorgullece, porque sabemos cuán importante es el obispo para la comunidad evangélica, especialmente para los fieles de la Universal, que, así como el obispo, se sintieron también homenajeados cuando la presidente Dilma Rousseff lo felicitó en el Palacio del Planalto con respeto y consideración.
Como dijo Paulo Vanzolini: “Se levanta, se sacude el polvo y se recupera”.
*Joao Mendes de Jesus – concejal por el Partido Republicano Brasileño / Río de Janeiro
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