Quítese las sandalias
“Y se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego en medio de una zarza… Viendo el Señor que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés! … Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.”, (Éxodo 3:2-5).
Si las sandalias no tuvieran una influencia negativa, Dios no mandaría que fueran quitadas. ¿Por qué quitarse las sandalias?
El hecho es que la Presencia de Dios llenó el Monte de energía. El Monte estaba energizado, por la Presencia Gloriosa de Dios.
Las sandalias eran un aislante (duda). Antes de que Dios le prometiera algo imposible a Moisés, que era la liberación de la esclavitud egipcia, dijo: “quita tu calzado de tus pies”; Moisés no podría escuchar lo que Dios le prometería con las sandalias en los pies.
Sin sandalias, él sería un receptor de la Energía de Dios, y estaría sobre el monte Sinaí y delante de Dios, con toda su fuerza.
En realidad, quien cree subirá al Monte Sinaí sin sandalias en los pies, sin dudas, y participará de esta Hoguera Santa, con toda su fuerza.
Creo que quien no conquistó lo que debería conquistar, por una fe que dice tener en Dios, con certeza, aún no quitó las sandalias de sus pies (duda), por eso no puso toda fuerza.
Primero, Él dijo: “No te acerques”; sin embargo, ahora, sin sandalias en los pies, Él le dijo a Moisés: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”, (Éxodo 3:10).
Moisés subió sin energía, sin luz y apagado; pero, porque creyó, descendió lleno de Luz y con poder para enfrentar al diablo, en la persona del Faraón.
Dios vio, oyó y descendió.
¿Usted cree? Quítese las sandalias de los pies y suba con toda su fuerza.
Obispo Romualdo
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso