La próxima semana, del 2 al 9 de septiembre, el Dios Padre, representado por Isaac, llamará a la madre Iglesia, representada por Rebeca, para presentar al primogénito para que tome posesión de sus derechos. ¿Esaú o Jacob?

Abraham se tornó primogénito de Dios y recibió Su herencia.

A continuación, Abraham le dejó esa herencia a su hijo Isaac. Todas las bendiciones que Abraham recibió de Dios se las dejó a su primogénito, Isaac.

Isaac, a su vez, tuvo con Rebeca hijos gemelos, Esaú y Jacob. Esaú era el primogénito.

Isaac iba a dejar todo lo que Abraham le dejó y las cosas que él conquistó con Dios para Esaú.

Sin embargo, en un determinado día, Esaú despreció la bendición, cambiando su derecho por un plato de lentejas. En realidad, Esaú no solamente despreció la bendición, él despreció al padre.

Vemos que Esaú fue fuerte en el vientre, pero fuera de allí fue débil. Así ha sido el comportamiento de muchas personas, dentro de la iglesia parecen fuertes y fieles, pero allá afuera, ante las propuestas de este mundo, son débiles.

Cuando Isaac llamó a Rebeca y la mandó traer al primogénito, la madre llamó a aquel que había valorado el derecho para que se presentara delante del padre. No llamó al que lo había despreciado.

La madre (iglesia) no llama a quien desprecia a Dios, llama apenas a los que valoran su derecho para presentarse delante del Padre.

Y Jacob lo valoró, por eso él fue llamado. Por ese motivo es que hoy nosotros llamamos por el “Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Debía haber sido diferente: “Dios de Abraham, de Isaac y de Esaú”. Sin embargo, nosotros no invocamos al “Dios de Esaú”, sino al “Dios de Jacob”, porque Jacob fue quien lo valoró.

Por lo tanto, del 2 al 9 de septiembre, Rebeca, la madre, que es la iglesia, estará llamando a los primogénitos para que se presenten delante de Isaac, el padre, o sea, delante de Dios, para que tomen posesión de todos los derechos reservados para los fieles, los primogénitos.

¿Qué hemos sido: Esaú o Jacob?

“El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, compañero es del hombre destruidor.” Proverbios 28:24

Que Dios los bendiga.

Obispo João Leite