¿Quién es la Iglesia del Señor Jesús?
Jesús dijo: “Y Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Mateo 16:18
Cuando meditamos en esas palabras, pensamos en la iglesia colmada, una mañana de domingo, ¡qué cosa linda de ver!
Además, no existe un pastor que no tenga placer de subir al altar y ver que los obreros tienen dificultad de encontrar lugar para acomodar a las personas en el salón lleno. Y en medio de toda esa multitud, después de leer el versículo citado por Jesús, surge una pregunta: ¿quién de los que están aquí es iglesia de Jesús? Claro que la respuesta está en la punta de la lengua, todos unánimes levantan la mano y gritan a coro: “¡Yo!”- la voz de la emoción y del entusiasmo se manifiesta.
Ahora vamos a apelar a la razón y a analizarlo fríamente. Si todo ese pueblo es la iglesia del Señor Jesús, ¿por qué las puertas del infierno han prevalecido contra muchos de los que así se intitulan? Los mismos llevan una vida destruida en todo sentido, tanto o más que los incrédulos que nunca conocieron la fe enseñada en la iglesia.
La respuesta es que todavía hay muchas personas que no se convirtieron en iglesia del Señor Jesús, y sí en privilegiados frecuentadores de una institución que lleva el nombre, por ejemplo, de Iglesia Universal del Reino de Dios.
La iglesia a la que Jesús se refiere en ese pasaje es la de Su propio cuello hacia abajo, porque Él es la Cabeza.
“y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:22-23
Tras Su muerte y resurrección, el Señor Jesús, por intermedio del Espíritu Santo, continúa presente en este mundo, pues la iglesia verdadera es el propio cuerpo de Jesús del cuello hacia abajo en movimiento aquí en esta Tierra. Ese Cuerpo está compuesto por las personas que un día se entregaron de cuerpo, alma y espíritu al Altísimo, y nacieron de Dios volviéndose un solo Espíritu con el Autor de la fe.
¿Cómo pueden prevalecer las puertas del infierno contra ese cuerpo alimentado de la esencia del poder, del fuego, de la luz, en fin, de la unción del Todopoderoso?
Si las puertas del infierno han prevalecido contra su vida, el diablo lo ha hecho rehén de su voluntad, o sea, usted se ha sometido a él a través del estado de pecado en el que ha vivido, es señal de que todavía no es iglesia del Señor Jesús.
Obreros, obreras y todos los demás, la pregunta que no quiere callarse es: ¿Es usted iglesia del Señor Jesús? ¿O todavía es solo un privilegiado frecuentador de una institución?
Dios los bendiga.
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