¿Quién cree?
La creencia en Dios ha sido tan vulgar, tan ordinaria como la creencia en los dioses de este mundo.
Razón por la cual casi todos creen en Dios.
Pero, ¿en qué Dios?
En el Dios desconocido.
Lo mismo pasa con la mayoría cristiana.
La mayoría evangélica cree en Jesús de boca.
¿Y qué beneficio recibe por eso? Ninguno, cero.
¿Por qué?
Porque creen en Jesús, o en Dios, de la misma forma como los demonios.
Estos también creen en Jesús y en Dios. Santiago 2:19
Ni siquiera por eso dejan de ser demonios ni hacer lo que es malo.
La mayoría “cristiana” mantiene sus prácticas pecaminosas como los demonios.
Aunque sea creyente asiduo a la iglesia, ayuna, ora, lee la Biblia, pero también adultera, se prostituye, miente, siembra contiendas entre los de la fe, etc., etc., etc.
¿De qué sirve ese tipo de creencia?
Los beneficios que ha recibido con esa creencia son iguales a los de los demonios: ninguno, cero.
El hecho es: si cree o no en este tipo de creencia, no hace ninguna diferencia.
¿Cómo funciona la verdadera creencia en Dios?
¿Cómo se distingue de las demás?
¿Cuál es la diferencia de la creencia que hace la diferencia?
¿Cuál es la diferencia entre el que cree y aquel que piensa que cree?
A causa de su creencia, Noé obedeció a la Palabra de Dios.
Lo que le valió su salvación y la de toda su familia del diluvio.
También la creencia de Abraham lo llevó a obedecer a Dios.
Resultado: fue bendecido en todos los sentidos.
Murió en dichosa vejez: 175 años.
La verdadera creencia está comprometida con actitudes de obediencia.
Cree quien obedece. Obedece quien cree.
El resto son solo palabras…
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