Los diezmos son los primeros frutos, las primicias de Dios.

Son los primeros diez por ciento.

El pueblo de Israel era consagrado al SEÑOR.

Los enemigos de Israel eran enemigos de Dios.

Porque Israel era las primicias de Dios.
Quien lo tocaba era culpado delante del SEÑOR.

“Santo era Israel al SEÑOR, primicias de Sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice el SEÑOR”. Jeremías 2:3

Todas las veces que Israel se desviaba, caía en las manos de los enemigos e invocaban al Señor, Su paciencia y misericordia suscitaba un libertador.

Porque Israel era Sus primicias.

La venida del Señor Jesús formó un nuevo Israel.

Nuevas primicias de Dios.

Aquellos que asumen la fe en Él, andan de acuerdo con Él y practican Su Palabra: los verdaderos cristianos.

La fidelidad de ellos los hace ser los propios diezmos y ofrendas – primicias de Dios.

Cuando el Señor invita a Su pueblo a volverse a Él, honrándolo con sus diezmos y ofrendas, en verdad Él quiere mantenerlos como Sus primicias.

Todo el diezmista fiel es primicia de Dios.

Dudo que alguien sea capaz de destruir ni tocar al diezmista fiel.

Porque él es propiedad exclusiva del Altísimo.

Sólo el diezmista está apto para probar la Palabra de Dios.

Estamos convocando a los que creen, inclusive a aquel que no ha sido diezmista hasta ahora, para comenzar a diezmar a partir de este domingo 3 de junio de 2012.

A partir del momento en que usted diezma, es decir, separa lo que es de Dios, entonces usted se transforma en propiedad exclusiva del Altísimo.

Y los derechos y privilegios que Israel tenía, usted los tendrá.

Usted será consagrado al Señor y será las primicias de Su cosecha.

Quien toque en usted será maldecido. Génesis 12:3

Ser diezmista es ser el propio diezmo, las primicias del Eterno Dios.

Este domingo, las primicias van a reclamar la apertura de las ventanas de los cielos, según Él prometió.

Repito: los diezmistas son diezmos, son las primicias del Señor,
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable…” 1 Pedro 2:9

Solamente los locos se quedarán afuera.