¿Por qué no hay diferencia?
En el universo de los creyentes, la relación con Dios está basada en el campo de las palabras, tanto en el oír como en el hablar con Él. La mayoría esta enviciada en pedir, recibir oraciones y entonar alabanzas en la ilusión de que solo eso lo resolverá todo, o si no, creen que decir: “Amén, aleluya, gloria a Dios, está determinado”, cuando reciben una promesa bíblica, traerá la solución.
Por otra parte, en el universo de los espiritistas, principalmente los umbandistas y candomblecistas, no existe la práctica de la oración. La fe es práctica. La persona sabe que si quiere un “beneficio” o perjudicar a alguien, tiene que mostrar su fe haciendo despachos, saltando el muro del cementerio, derramando su propia sangre, etc.
Ahora veamos cómo es el universo de la fe que agrada a Dios y provoca la diferencia prometida:
“Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no Lo sirve.” Malaquías 3:18
Quiere decir, si yo quiero ver la diferencia, tengo que salir del campo de las palabras y hacer lo que Él determina, que es servir, o sea, tengo que mostrar que yo creo.
“Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. MUÉSTRAME tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.” Santiago 2:18
¡Aquí está el secreto!
La llave que abre la puerta para una vida diferente:¡¡¡MOSTRAR!!!
Y mostrar como Dios determina.
Vea cómo Él determina: “Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice el SEÑOR de los Ejércitos.” Malaquías 1:9
Por eso el día 23 entraremos en el Santo de los Santos, con nuestra ofrenda en manos, MOSTRÁNDOLE a Dios que creemos.
¡SI YO QUIERO VER, YO TENGO QUE MOSTRAR!
Obispo Clodomir Santos
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