¿Por qué me desvié de la fe?

Me desvié porque supe que el pastor robó dinero de la ofrenda…
Me desvié porque Dios no me respondió…
Me desvié porque mi vida estaba muy restringida…
Me desvié porque conseguí un novio incrédulo…
Me desvié porque caí en tentación…
El único motivo que aparta a la persona de la fe es el pecado. Pocos saben que el pecado es un espíritu y que el pecador es su esclavo, enseña el Señor. Cuando alguien acepta a Jesús como Salvador pero no se mantiene salvo es porque nunca fue liberado. Tal vez la palabra fuerte del pastor la hizo aceptar a Jesús, ¡pero el problema es que no Le entregó su vida!
Ese es uno de los grandes problemas en la iglesia denominacional. ¡No en la Iglesia cuya cabeza es el Señor Jesús!
Las personas se convencen, pero no se convierten. Esa es la razón por la que hay tantos creyentes desviados… Exponen una serie de razones para apartarse de la fe. ¡Pero la verdadera razón es que NUNCA fueron libres! Se congregaban en las iglesias pero seguían siendo esclavos… Y como el Señor dice que el esclavo no queda siempre en la casa… Ellos acabaron saliendo.
En compensación, los verdaderos hijos permanecen firmes y fuertes en la fe.
“Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.” (Juan 8:35)
Quien es hijo, se cuida para no involucrarse con el esclavo a fin de no poner en riesgo su fe.
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