¡Nuestra arma de combate!
Obispo Macedo,
Un policía muere cada 30 horas, víctima de esta terrible ola de violencia en Brasil. Padres que dejan hijos, hijos que dejan padres. Viudas que lloran la pérdida de sus hombres.
En medio de esta guerra, ganamos una nueva arma de combate: el libro Nada que Perder.
Aquí en Maranhão, hemos esparcido el libro por los cuarteles del Estado hace varios meses. Simultáneamente al evento ocurrido en la librería en San Luis, que reunió a más de 15 mil personas, realizamos un lanzamiento especial de la obra en el Cuartel del Comando General de la Policía Militar.
El resultado es que sus experiencias espirituales han llevado paz interior, liberación de vicios, equilibrio y salvación a millares de policías militares y civiles.
Soy servidor de la Policía Militar hace 13 años y realizo cultos diarios en los cuarteles de San Luis, usando siempre como base la Palabra de Dios y las enseñanzas escritas por usted.
Pasamos horas brindando orientación a los militares y a sus familiares que ahora, con el libro Nada que Perder, demuestran aún más sed de conocer a la IURD de cerca.
El proyecto ha bendecido tanto a la tropa de la Policía Militar, que somos llamados para hablar de esta fe incluso en las áreas reservadas del Ejército, de la Marina y de la Aeronáutica.
Policías de todos los rangos, desde la tropa hasta los oficiales de Alto Comando, se reúnen para pedirle a Dios un cambio interior. La mayoría está formada por hombres honestos, leales y de fibra, pero sometidos por una rutina profesional de terror. Eso afecta al policía.
Yo mismo viví esa transformación desde adentro hacia afuera. Estaba lleno de odio, tenía deseos de matar a sangre fría. Como soldado en la Tropa de Choque de San Pablo, enfrenté rebeliones sangrientas, como la del Carandiru, y situaciones de vida o muerte. Estaba atormentado día y noche. Me despertaba de madrugada asustado con las escenas de horror que presenciaba cotidianamente.
Solo el Espíritu Santo para haberme protegido y hacerme nacer como una nueva criatura.
Gracias al Señor Jesús y a los valores predicados por la Iglesia Universal, muchos policías han encontrado a Dios en sus vidas. El mayor escudo de protección. Nuestra arma de defensa. Nuestra seguridad suprema.
Ronivaldo Rocha de Negreiros, 41 años, capitán, pastor de la IURD, capellán de la Policía Militar de Maranhão
[nggallery id=19 template=galleryview images=0]
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso
