¡No hay forma!
Una señora muy pobre llamó a un programa de radio cristiano pidiendo ayuda. Un brujo que escuchaba el programa resolvió predicarle un poco. Consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y les ordenó que hicieran unas compras y se las llevaran a la mujer con la siguiente directiva: “Cuando ella pregunte quién lo mandó, ¡respondan que fue el diablo!”.
Al llegar a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue guardando los alimentos. Los secretarios del brujo, conforme a la orientación recibida, le preguntaron: “¿Usted no quiere saber quién le envió estas cosas?”. La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió: “No, hijito, no hace falta. ¡Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!”.
NO SE PREOCUPE POR LA FORMA EN LA QUE VENDRÁ SU VICTORIA, PERO CUANDO DIOS LO DETERMINA, ¡VIENE!
Tenga paciencia. No es en su tiempo y si en el tiempo de Él, porque usted ve hasta un cierto punto. Dios traspasa ese límite y ve mucho más allá de lo que percibimos.
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