Obispo Macedo:

Participar del lanzamiento de su libro aquí en mi ciudad fue un momento especial para mí.
Al esperar dos horas en la fila para comprar los ejemplares, recordé de dónde me sacó el Señor Jesús. Algo habló fuerte conmigo.

Desde los 15 años, me sumergí hondo en el terrible mundo de las drogas. Comencé con el uso desenfrenado de marihuana y, poco tiempo después, empecé a aspirar cocaína.
Cuando fui mayor de edad, a los 18 años, los vicios me lanzaron de cabeza al mundo del delito.
Como todo vicioso, era capaz de cualquier actitud para conseguir drogas, hasta robar o traficar. Pasaba madrugadas despierto, vagando de un lado para otro en la calle, luchando para sustentar el vicio.

¡Qué tiempos horribles! Gastaba lo que tenía y lo que no tenía en toda clase de drogas.
Luché para esconder esa vida arruinada hasta que mi madre descubrió en mi ropero medio kilo de cocaína y un kilo de marihuana, y yo intenté suicidarme.
Fui internado en dos clínicas para tratamiento de rehabilitación, pero nada me hizo parar.

Todo eso acabó cuando tuve un encuentro con Dios en la Iglesia Universal después de trabar una intensa batalla por mi liberación espiritual. Hoy soy libre y feliz de verdad. Descubrí una paz que ninguna droga fue capaz de darme.

Obispo, fui al lanzamiento de su biografía decidido a comprar en libros todo el dinero que antes gastaba en drogas.

Adquirí 25 ejemplares de «Nada que Perder» para distribuir entre mis familiares y amigos, muchos de ellos todavía rehenes de ese vicio maldito.

Sé que su testimonio de fe los va a ayudar a todos ellos a encontrar la salvación que yo alcancé por la compasión del Señor Jesús.

¡Muchas gracias por la oportunidad! ¡El libro es muuuy fuerte!

Marcos Vinicius de Oliveira, 23 años – Londrina, Paraná.