thumb do blog Blog Obispo Macedo
thumb do blog Blog Obispo Macedo

Movimiento de la Fe

Cuando Dios le ordenó a Moisés levantar el Tabernáculo, el pueblo de Israel estaba en el desierto.

Y el Señor le dijo a Moisés: “Tomad de entre vosotros ofrenda para el SEÑOR; todo generoso de corazón la traerá al SEÑOR…” Éxodo 35:5

Aparentemente, el desierto no reunía condiciones para levantar ofrenda para la construcción de un Templo Móvil de la envergadura del Tabernáculo.

Pero como Dios no exige de Su pueblo nada que esté más allá de lo que él pueda responder, el pedido fue hecho.

“Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro al SEÑOR…” Éxodo 35:5

“… y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que el SEÑOR ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más”. Éxodo 36:5,6.

Dios es representado por Su pueblo en la Tierra.

Las ofrendas expresan sentimiento de fe, alabanza y gratitud para con el Señor.

¿Quién da disposición al corazón para ofrendar?

¿Quién es capaz de mover a millones de personas en un solo espíritu, en una sola fe y en un solo corazón para hacer posible Un Solo Único Sueño?

Ciertamente no es el diablo, ni los gobiernos y mucho menos los empresarios, ni tampoco una única persona humana, sino el Propio Dios Altísimo.

El movimiento de la fe está lanzado.

Quien se encuentre motivado para formar parte de esta Obra, con seguridad es porque fue tocado por el Espíritu de Dios.

Las ofrendas en especie deberán ser depositadas en una de las cuentas:

Bradesco
Agência: 3396-0
C/C: 0240-2

Banco do Brasil
Agência: 3221-2
C/C: 1257-2

Las ofrendas en oro, plata o bronce deberán ser entregadas en una de las Iglesias Universal del Reino de Dios.

Que el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel multiplique sus bendiciones económicas y espirituales como ha prometido en Su Palabra.

Y que su vida sea como un árbol plantado junto a las aguas, cuyas hojas se renuevan siempre y que, a su debido tiempo, dé abundantes frutos.

En el Nombre del Señor Jesucristo.
Amén.