Lo que se puede y lo que no se puede hacer

¿Qué hacer?¿Se puede eso? ¿Y aquello? Ademas de la fe servir para justificación delante de Dios, también sirve para eliminar las dudas que surgen a lo largo de la vida. Ese es el mayor beneficio de la fe.
Problemas como el matrimonia, sexo, vino y otras tantas son de orden personal.
¿Quién debe decirme a mí como debe ser mi relacionamiento conyugal?
¿Quién debe dictar las normas de conducta en mi matrimonio?
¿Quién debe decir lo que debo o no beber o comer?
Obviamente, estas son cuestiones puramente individuales y nadie tiene el derecho de conducir mi vida, salvo la Palabra de Dios.
¿Y cuando la Palabra no es clara con respecto a asuntos de fórum intimo?
Pues, el Espíritu Santo opera en nosotros instruyendo según Su voluntad. Y cuando Él instruye, es por la fe y Él lo hace. Luego, la fe es el camino a seguir.
Lo que para algunos es pecado, para otros no lo es. Y viceversa.
El hecho es que la paz del Señor Jesús tiende a ser arbitro en cada oración. Si mi oración esta en paz con Dios, ¿quién tiene la autoridad de decirme lo que debo no o hacer?
Es por eso que la gente ha insistido en el nuevo nacimiento. Pues quien es nacido del Espíritu es espíritu y vive por el espíritu. O sea, por la fe.
Ademas, todo lo que no proviene de la fe es pecado.
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