Buen día, obispo.

Es verdad cuando usted dice que el diablo se hace fuerte cuando oímos la voz de los sentimientos.

Hoy a la mañana no me desperté bien, pues estaba sintiéndome muy acusada por algo que debería estar haciendo y que no hacía desde hace mucho tiempo para Dios. Debía reaccionar ante un problema que me estorbaba hace bastante, solo que estaba durmiendo, durmiendo y durmiendo, sintiendo que no iba a lograr vencerlo, que no había solución.

Uno sufre una presión muy grande y una sensación de que es IMPOSIBLE cambiar. Eso es así porque nos frustramos con la tonelada de fallas que cometemos. Parece que uno tuviera que ser perfecto.

Estar pensando todo el día no va a resolver ese problema, ya que la solución está ante nosotros, solo que no tenemos el coraje y mucho menos creemos que podemos lograrlo.

Pero hoy a la mañana, planchando la ropa, pensé en eso. Vino ese pensamiento a mi mente: «Nathália, el diablo quiere que desistas de luchar, que pienses que no puedes. Tienes que enfrentar tus debilidades.»

Al instante pensé: «¡¡¡Es eso!!!»

Mientras permanezcamos sintiendo que no hay solución, sintiendo que no vamos a lograrlo, sintiendo que no se puede, sintiendo las debilidades, ¡realmente nunca vamos a lograr vencer!

Nathália de Carvalho

* Comentario sobre el post Fuerza del mal vs. Debilidad de Dios