Hay muchas interpretaciones con respecto a la espina en la carne del apóstol Pablo. Normalmente las personas están más preocupadas en saber cuál es la espina que la razón de ella.

Tres cosas llaman mucho la atención: la espina, su origen y la razón de ella.

-La espina era un problema personal.
-El origen de ese problema era el diablo.
-La razón del problema era para que el apóstol Pablo no se orgulleciera por las revelaciones recibidas.

¿Qué provecho podría sacar de esa experiencia amarga?

Creo que no solo las revelaciones, pero también las bendiciones alcanzadas tienen un motivo especial: glorificar al Señor de la Gloria.

Pablo fue arrebatado hasta el tercer cielo, fue llevado al paraíso y escuchó palabras tan sublimes que no podría repetir.

Obviamente todo eso lo colocaría en una posición mucho más relevante que a los demás apóstoles, sobre todo del pueblo cristiano.

Ahora bien, Dios sabe que el ser humano, por más santo que sea, aun así es hombre. Por tanto, sujeto a errores y fallas. Por causa de eso Dios ha permitido que personas como Pablo sean abofeteadas por problemas personales para que no sean víctimas del orgullo espiritual.

No se puede olvidar que Satanás era arcángel, o líder de los demás en el cielo. Cayó por orgullo…
Si fuera en los días actuales con seguridad Pablo tendría serios problemas, ya que hay un gran número de pastores que han predicado más sobre Pablo que propiamente sobre el Señor Jesús.

La Biblia enseña: “El hombre que lisonjea a su prójimo le tiende una red delante de sus pasos” (Proverbios 29:5).

¡Por mayor que sea el milagro alcanzado o la fe que se tenga, jamás se orgullezca de eso!

¡Antes, dé glorias al Señor de la Gloria!