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¿Juez injusto?



Ha sido dificilísimo entender que el Dios de Abraham no es comparable a nada que existe ni existirá en este mundo.

Mientras que las personas no entiendan eso, no les va a “caer la ficha” y, consecuentemente, no tendrán la sed suficiente de conocerlo.

Cuando se habla de sacrificio, de entrega de la vida, de renuncia total y cosas de esa naturaleza, ellas piensan que hay algo de extremo valor para “intercambiar” con el Señor Dios.

¿Qué era lo más preciado para el Señor? ¿La obediencia de Abraham o su Isaac? ¡Claro está que su obediencia!

En otras palabras, Jesús también hizo esa pregunta: “… ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?” Mateo 23:17

¡Claro que es el Santuario el que santifica la ofrenda!

La gloria del Altísimo es inconmensurable e inimaginable.

Ni los patriarcas, profetas y sacerdotes, por más inspirados, consagrados e íntimos de Él, encontraron palabras para describirlo.

Hasta la Biblia es pobre en adjetivos con respecto a la Majestad, Grandeza y Gloria del Señor Dios de Abraham, de Isaac y de Israel.

Solamente Sus hechos pueden dar una idea de Su Ser.

Isaías dijo: “¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen Le compondréis?” Isaías 40:18

Usando los labios del mismo profeta el Señor dice:¿A quién Me asemejáis, y Me igualáis, y Me comparáis, para que seamos semejantes?” Isaías 46:5

“¿A qué, pues, Me haréis semejante o Me compararéis? – dice el Santo.” Isaías 40:25

Quiere decir: ¿cuáles son las palabras u objetos que pueden expresar Su Grandeza?

Tamaña es la grandeza de Dios que no hay nadie en los Cielos y en la Tierra habilitado para revelarlo.

Solamente Él, a través del Espíritu Santo, puede realizar eso.

Para ser premiado no es necesario tener suerte.

Hay que querer.

Hay que demostrar, a través de los hechos de la fe, que realmente se quiere.

Hay que tener sed, hambre, fuerza de voluntad, garra, disposición, sacrificar la vida, sacrificar todo, inclusive el primer amor a la familia, el patrimonio,  los sueños personales, en fin, REALMENTE todo en Su búsqueda.

ES TODO POR TODO.

Haciendo eso, es IMPOSIBLE QUE EL  JUSTO SEÑOR NO RESPONDA.

Vale la pena registrar el sueño de Charles, que no está lejos de alcanzar esa diferencia de vida:

¡Buenas Noches, Ana! Al leer su testimonio lloro… Feliz por usted y… triste por mí. Sueño con esa certeza: la de conocer al Señor Jesús (tener un verdadero encuentro), pero acabo dándome  cuenta de que la única certeza que yo tengo es que eso nunca sucederá. Sabe, Ana, ya no tengo más fuerzas para seguir, insisto y percibo que cuanto más yo intento alcanzarlo, más Lo aparto lejos de mí. Ya luché contra varias personas, contra varias situaciones, pero la peor lucha está siendo dentro de mí mismo. ¡Le agradezco por el espacio!

Dayane también refleja la angustia de su alma porque todavía no Lo conoció:

Hola obispo. Yo tengo 20 años y hace 15 años que estoy en la IURD. Cuando escucho hablar sobre el GOZO del NUEVO NACIMIENTO y de lo MARAVILLOSO que es tener el ESPÍRITU SANTO, mi alma se entristece por estar hace tanto tiempo en la IURD, y todavía no saber Quién es Ese DIOS GRANDE del que tantos hablan.
Ya me aparté de la IURD, ya volví, ya sufrí en el mundo, pero no conozco a DIOS. ¿De qué me sirve tener tanta experiencia de vida y no conocer al Señor Dios?
Cuando ayudo a las personas me siento muy útil en la obra. Pero es muy difícil hablar de Él sin conocerlo.
YO QUIERO, YO NECESITO CONOCER AL SEÑOR JESÚS… AYÚDEME OBISPO POR FAVOR. No puedo pasar 20 años más sin conocerlo.