Usted no necesita haber sido buen alumno en matemática para hacer las cuentas.

COMPRUEBE AHORA MISMO cuánto le hizo ya el Espíritu Santo,

Cuántos sufrimientos restó de su vida tras su pacto con el Señor Jesús,

Cuánta paz de espíritu,

Cuántas noches de sueño recuperadas,

Más calidad de vida en general…

Ciertamente usted se sorprenderá.

No considere los sueños que aun no se realizaron.

A fin de cuentas, en esta travesía por el desierto hacia la Tierra Prometida todavía faltan realizaciones,

Pero convengamos, ya ha sucedido mucho, ¿no es así?

Además de que las bendiciones hasta el presente son evidencias de un futuro promisorio. Es la voz de la fe quien garantiza eso.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…” Hebreos 12:1

¿Se acuerda de cuando llegó a la iglesia?

Con el semblante desfigurado, la sonrisa anémica, los ojos de pescado muerto…

¿Y hoy?

Las frustraciones, las decepciones, la baja autoestima, los traumas del pasado, el ser mal amado, en fin, todo eso se fue al quinto infierno.

No es que usted no tenga más problemas, ¡no es eso!

Pero ellos están debajo de sus pies, porque en usted existe el poder de la fe, existe la energía que emana del Trono de Dios, que sustenta su fuerza cada día para luchar y vencer por sí mismo.

¡Es el Espíritu de Aquel al que usted dedicó su vida operando en su interior!

Sepa una cosa: crea usted o no, ¡el Espíritu del Señor Jesús está con usted!

Como dice una canción cristiana tradicional:

Cuenta las bendiciones, cuenta cuántas son y verás sorprendido cuánto ya hizo Dios…