¡Buen día, obispo Macedo y obispo Guaracy!

Por favor, lea mi comentario, pues, con certeza, ayudará a muchas personas.Tengo 13 años de IURD. Estuve como obrero durante 10 años, y siempre participé de las Hogueras Santas. Inclusive, en una fui honrado financieramente.

Estuve casi dos años desempleado y, por causa de mi sacrificio, hoy soy empleado en uno de los mayores bancos de América Latina, y he prosperado, pero, lo principal nunca tuve, que es un Encuentro Verdadero con Dios. Debido a eso, aun estando en la iglesia, hace algunos meses, puedo decir que conocí el verdadero infierno.

La puerta de entrada fue la maldita internet. Al principio, fue el acceso a los sitios pornográficos, y, después, las traiciones, primero, con mujeres y después, peor, con hombres. Una podredumbre, todo tipo de orgías.

Recuerdo que, después de la práctica de esas porquerías, me sentía acusado y con un peso. Pero enseguida, doblaba mis rodillas, y, llorando, prometía fidelidad, pero pasados algunos días estaba cometiendo el mismo error, puro sentimiento.

Pero el día 22 de junio, lo oí hablar de la indignación y el odio. Usé mi inteligencia y me dejé de usar la emoción. Entendí que la indignación, acompañada de odio y actitud, es que nos libera de los poderes del infierno. El día 23 de junio, fui a la vigilia de los indignados en Brás y, con odio e indignación, tomé posesión de mi espada. Voy a derramar hasta la última gota de sangre em el altar, pero, esta vez no será para conquistar riquezas materiales, sino la mayor de las riquezas: el Encuentro con Dios.

Pedí perdón a mi esposa por las traiciones, y el día 26 de junio me bauticé en las aguas. Desde ese momento, he buscado con sed e indignación el Bautismo con el Espíritu Santo. Y tengo la certeza que, aun no hablando en lenguas, Él ya está dentro de mí, pues los deseos desaparecieron y yo me siento fuerte, con paz y más indignación aún.

Muchas gracias por la IURD TV, pues en medio de tanta suciedad que existe en internet, ella es la puerta para la salvación.

Felipe Indignación