thumb do blog Blog Obispo Macedo
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¡Esa es la Fe!

¡Buenas tardes, obispo!

Regresé a la casa de mi Padre el día 28 de enero.

Durante casi un año estuve en el mundo de la delincuencia. Trafiqué drogas, traicioné a mi esposa, estaba totalmente destruido. Fui obrero durante un año. En esa época, perdí a mi madre. Ella era la columna de mi casa y mi hijo tenía solo 4 meses.

Movido por las circunstancias, me agarré del primer trabajo. Era desde las 11 hasta las 23 horas. Entonces fue cuando pedí salir de la Obra. No confié en Dios, entonces terminó en lo que terminó.

Resumiendo, en el Ayuno de Daniel recibí a mi Consolador. Me arrepentí de todo mi corazón. La reunión del día 7 fue muy fuerte para mí.

Me bauticé en las aguas. Fue tan fuerte que pensé que había sido bautizado con el ESPÍRITU SANTO. ¡Nunca voy a olvidar ese día! Cuando llegó el día 14, el milagro sucedió. Fue muy fuerte.

Manifesté solo una vez. El pastor del “Rescate” de aquí de Bahía hizo solo una oración y yo me liberé. Pero el camino más corto para que eso sucediese en mi vida fue el sacrificio.

Comencé a obedecer todo lo que estaba siendo predicado y a desprenderme de las cosas materiales. Empecé a entregarme al ESPÍRITU SANTO, nada tenía más valor para mí.

También empecé a ofrendar. Primero fue el diezmo, que el pastor predicó cómo nos volveríamos hacia DIOS, ¡después fueron solo victorias! Acostumbro decir que sin el sacrificio la persona puede olvidarse: ¡es imposible!

La persona llega a DIOS, la ofrenda representa lo que está dentro de nosotros. En realidad ella representa lo que somos para DIOS.

Decir que creemos en DIOS con nuestra boca es muy fácil, y no digo eso solo respecto a las ofrendas sino respecto a sacrificar toda nuestra vida.

Agradezco a DIOS por la oportunidad de poder estar compartiendo con otras personas mi experiencia. El día 14 de abril, estaba seguro de que eso iba a suceder. Creí en lo que usted había dicho ese día. Si hubiera podido poner en mi cuerpo una ropa nueva lo hubiera hecho.

Sentí la sensación que siente una mujer cuando va a casarse. Cuando bajé del ómnibus, cerca de la iglesia, mis lágrimas ya caían de mis ojos. No podía controlarme, no sabía lo que estaba sucediendo, fue algo imposible de describir. ¡Este DIOS es poderoso! Existen muchas cosas para contar todavía.

Retorné debido a la fe de mi esposa. Ella determinó en el “Camino de Luz” de los martes, que el próximo martes yo iba a estar allí con ella en esa silla, y estábamos separados. Esa misma semana, la Policía casi me mata. Entré en un pastizal de un descampado, donde oraba antiguamente, pero en ese momento yo estaba allí para que me mataran. Pero, en el baúl del auto, clamé a Dios: llamé al Dios del pastor Vicente, del obispo Macedo, pedí a DIOS que enviara al mismo ángel que sirve a esos hombres de DIOS y le dije que si ellos no me tocaban en ese pastizal, yo abandonaría esa vida. Le pedí a DIOS que me dejaran olvidado adentro de ese baúl, y fue lo que sucedió.

Hoy no tengo cómo pagarle al ESPÍRITU SANTO por todos los días de mi vida. Tendría que estar en el infierno ahora, pero la misericordia de DIOS me alcanzó.

¡Gracias por todo, obispo!

¡Ay de nosotros si no fuese por DIOS y por la Iglesia Universal! ¡Que el ESPÍRITU SANTO restaure sus fuerzas!

No somos ni dignos de lo que hemos recibido de DIOS a través de usted. No tengo palabras para agradecer. No tenemos noción de lo que tenemos.

¡Gracias obispo! DIOS lo bendiga.

João Paulo dos Santos

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Observación: Este domingo 19, a las 18 horas, estaré refiriéndome al tema “Fe y Sexo” en la Av. João Dias 1800 – Santo Amaro (SP). Estaré respondiendo algunas preguntas intrigantes y sensibles posteadas en este blog.

Salvo si hubiera otra dirección del Espíritu Santo.