El obispo João Leite bautizó a 5 mil personas en la playa de Miramar

El obispo Macedo explica en el libro “Estudios Bíblicos” que de la misma forma en que el entierro es una ceremonia que consuma el rompimiento del último lazo entre el hombre y su vida terrenal, cuando la persona se bautiza en las aguas se produce una ruptura, públicamente consumada, de la vida natural con la verdadera vida cristiana, haciendo que el pecado no tenga más dominio sobre la voluntad del bautizado.

La importancia del bautismo en las aguas es tan grande que el Señor Jesús, al aparecerse a los discípulos, les dio órdenes explícitas: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16).

Cuando Pedro, en Jerusalén, dio su primer gran discurso sobre el Reino de Dios y del Señor Jesús, las personas, con el corazón compungido, le preguntaron a él y a los demás apóstoles sobre lo que deberían hacer: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

La Iglesia Universal del Reino de Dios ha anunciado la salvación en todo el mundo y, a diario, miles de personas deciden entregarse a Dios a través del bautismo.

El domingo 9 de agosto, se realizó una ceremonia colectiva en la que más de 10 mil personas se bautizaron en todo el país. Solamente en la playa Miramar, ubicada en Maputo, capital del país, el obispo João Leite, responsable por el trabajo de evangelización en la región, coordinó una ceremonia para más de 5 mil personas. “Dios ha enviado muchas almas a las iglesias aquí en Mozambique y, por eso, resolvimos realizar un bautismo en todo el país. Son personas recién convertidas que fueron bautizadas por primera vez. Como en las iglesias todavía no tenemos lugar para bautizarlas, tuvimos que realizar el bautismo en la playa, debido a la gran cantidad de personas que querían entregarse a Jesús”, explica el obispo.

El editor de video, Alessio Meque, de 24 años, fue uno de los que asumió el compromiso con Dios, este día, junto a la multitud. Él cuenta que frecuentaba la Iglesia hacía algún tiempo, pero no se sentía preparado para bautizarse, hasta que entendió lo que representaba. “Después de escuchar una prédica, pasé a entender que el bautismo simboliza una alianza, una entrega, la decisión de hacer la voluntad de Dios”, declaró.

Después de salir de las aguas, Meque percibió cambios en su comportamiento y dejó de tener actitudes carnales que desagradaban a Dios. “Ahora me siento más liviano y diferente. Acepté al Señor Jesús como mi único y verdadero salvador y me bauticé. Desde entonces, mi vida cobró un nuevo sentido y estoy muy feliz”, finaliza.