9º Día del Ayuno de Daniel

Yo estaba en Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta… Apocalipsis 1:10

Solo estando en Espíritu hay condiciones de oír a la voz de Dios y obedecerla.
¿Y cómo estar en Espíritu?
¿Es posible estar en Espíritu cuando las condiciones humanas son favorables? No.
¿Es posible vivir en Espíritu mientras la carne saborea los placeres del mundo? No.

¿Cómo, entonces, es posible estar en Espíritu?

1° – Cuando la mente se envuelve en la meditación de la Palabra de Dios o cuando los pensamientos son sometidos a los pensamientos del Altísimo;

2° – Cuando el meditar en la Palabra exige renunciar a la visión y a la audición de cosas de este mundo. Quedar ciego y sordo a todo lo que pasa alrededor. Abstención de internet, televisión, cine, literatura secular y cualquier entretenimiento que distraiga a la mente de las cosas del Espíritu.

Ciertamente es difícil. Tan difícil como lo es la Salvación del alma.

El Señor Jesús dice:

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14

Realmente, han sido pocos los que sacrifican la comodidad de la puerta ancha, del camino fácil del reino de este mundo, para garantizar la entrada al Reino de los Cielos por la puerta estrecha. Razón por la cual también son pocos los que han recibido la plenitud del Espíritu Santo.

Pero no hay otra manera, quien quiere pagar el precio para el recibimiento del Espíritu de Dios tiene que sacrificar, tiene que abstenerse de las concupiscencias de la carne.

El Ayuno de Daniel está destinado solo a los sedientos del Espíritu de Dios.

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