Él era un profeta de Dios, pero envidiaba a los impíos…
Vea nuestro mensaje de hoy
«En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos.
Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos.
Porque no hay dolores en su muerte, y su cuerpo es robusto.
No sufren penalidades como los mortales, ni son azotados como los demás hombres».
Lea con atención el Salmo 73
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