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El Altar de Dios es para todos

En el pasado, cuando la persona quería una respuesta de Dios o quería ser purificada de sus pecados, iba hacia el Altar y presentaba su sacrificio, el animal representaba la vida de esa persona. Después de que el animal moría, moría también su pecado, para eso fue constituido el Altar.

¿Acaso no fue Jesús el Altar de Dios en este mundo, para que todos los que vinieran hacia Él fueran salvos y restaurados y que, más tarde, vino a ser también el Sacrificio de Dios?

Tenemos el ejemplo de la mujer que fue encontrada en adulterio, sus acusadores la llevaron ante Jesús pensando que Él, el Altar, la condenaría a muerte, pero, para sorpresa de ellos, el Altar no la condenó, sino que la salvó.

Entonces los escribas y los fariseos Le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Juan 8:3-5

Hemos escuchado que muchas personas dicen: «No puedo ir al Altar porque vivo en el pecado». Pero el Altar es para usted que quiere comenzar una nueva vida. El problema es que la persona no quiere abandonar la vida incorrecta y sigue dándole la espalda al Altar.

Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni Yo te condeno; vete, y no peques más. Juan 8:10-11

Jesús solamente pidió que ella no pecara más, este es el secreto de una nueva vida después de que decidimos ir al Altar con sinceridad. Entonces, tenemos que cambiar nuestras actitudes, abandonar la vida incorrecta y pagar el precio que es la renuncia, el sacrificio.

Jesús dijo: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23

Esto no es solamente en relación al pecado, sino que si usted también desea una vida bendecida, corra hacia el Altar, él es lugar de respuesta.
Todos los que fueron hasta Jesús, al Altar, tuvieron sus vidas transformadas, las familias fueron restauradas, los enfermos fueron curados, los endemoniados fueron liberados. Siendo así, ¿qué es lo que el Altar, Jesús, no puede hacer por usted?

El Altar de Dios es para todos los que quieren una vida nueva, y el Señor Jesús está con los brazos abiertos para recibirlo. ¡Él nunca despreció a nadie!

No importa cómo está usted, porque el Altar es para todos los sinceros de corazón que desean la salvación.

Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Mateo 11:28

¡El Altar lo llama! ¿Qué le impide llegar hasta Él?

Colaboró: Obispo Joaquim Peixoto