El Abracadabra de la Fe
Aún antes de conocer a mi Señor, ya disfrutaba del poder de Su Nombre. Recuerdo, en mi juventud, cuando tenía que enfrentar el rigor de las correcciones de mi papá. Me decía a mí mismo: «Dios es Grande, el Señor Jesucristo me ayuda». Esa frase oración ha sido mi escudo ante los peligros y desafíos de la vida. Nunca falló.
Más tarde, el conocimiento bíblico confirmó su eficacia. Por lo tanto, sugiero a todos los que creen, probar ese «abracadabra de la fe».
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