¡Buen día, Sra. Cris!

¿Cómo está?
Mi nombre es Luiza, tengo 25 años y agradezco por la dirección que el Espíritu Santo le dio para que escribiera el libro, La Mujer V, y, de esta manera, alcanzara a millares (o millones) de mujeres por el mundo.

Cuando no conocía a DIOS, pensaba que para ser notada por los hombres tenía que andar “prácticamente desnuda”. Usaba ropas escotadas, cortas (todo al mismo tiempo).
Me encantaba cuando los hombres “se daban vuelta” para verme – creía que los estaba “provocando”.

Estaba con un chico, después con otro y así iba viviendo la vida. Nunca llegué a ponerme de novia con ningún chico, sólo “estaba” y chau. La mayoría de las veces, me vestía decentemente, sin embargo, cuando salía a bailar iba “de aquella manera”.

Pero con el pasar del tiempo, vi que esa vida no me sumaba absolutamente nada. Pasé por muchas cosas en esta vida, Sra. Cris. Durante 4 meses fui prostituta y no me morí sólo por la misericordia de DIOS. Es un mundo de mucha inmundicia. Pero DIOS me rescató del infierno y me llevó a la luz.

Cuando conocí la IURD, ya había dejado aquella vida podrida hacía 1 año, pero estaba con la vida atada. Y le agradezco a su padre, el obispo Macedo, pues fue por medio de él que conocí a DIOS y lo que Él podría hacer por mí.

Llegué a la IURD en septiembre del 2011, en una reunión de la Nación de los 318. Estaba desempleada y escuchaba tantos testimonios de personas cuya vida económica había sido transformada, que fui a “ver cómo era”. Sin embargo, es esa época, sólo me preocupaba  mi vida económica y nada más. Alrededor de octubre/noviembre, en la programación de la radio, su padre empezó a hablar de “un tal Ayuno de Daniel”, para recibir el Espíritu Santo. No tenía ni idea de qué se trataba, pero estaba segura de que era algo muy bueno, pues escuchaba los testimonios de personas que habían sido bautizadas y sus vidas fueron transformadas.

Entonces, diariamente escuchaba la programación de la IURD y la Palabra Amiga del obispo Macedo. Y me fui preparando para el Ayuno de Daniel, pues también quería ser transformada y comenzar a ser de DIOS. Cuando faltaban más o menos 10 días para empezar el Ayuno, paré de ver TV, escuchar músicas seculares y leer diarios y revistas con asuntos del mundo. ¿Radio e internet? Sólo con la programación de la IURD, su blog y el del Obispo. Me dije que sería bautizada aunque fuera en el último día, pues estaba DETERMINADA.

El día anterior al Ayuno, me quedé escuchando la radio todo el día y la Palabra Amiga del Obispo era siempre a medianoche. En cierto momento, su padre dijo así: “Si usted quiere ser bautizado con el Espíritu Santo ahora, vamos a orar”. No hay como olvidármelo, estaba sentada arriba de mi cama, sola en mi dormitorio, me arrodillé ahí mismo en la cama y empecé a “orar a mi manera”, y en los primeros minutos del nuevo día fui bendecida y bautizada con el Espíritu Santo. Y yo que creía que iba a ser bautizada al final, fui “agraciada” en el 1° día del Ayuno. Fue algo inexplicable, sólo el propio DIOS para transformar a una ex prostituta en una nueva persona.

Me acuerdo que en el mismo día (domingo), me desperté bien temprano y fui a la Iglesia Universal más cercana a casa. Como no tenía el dinero del pasaje, fui caminando hasta allá, una caminata de 1 hora y media. Solamente DIOS pudo darme ánimo para esa caminata. Pero al final de la reunión, “surgió un ángel” y pagó mi pasaje de vuelta – ¡Qué bueno! porque ya era de noche. Aun habiendo sido bautizada en el 1° día, continué firme y fuerte hasta el fin para fortalecerme. Al contrario de muchos, fui bautizada con el Espíritu Santo primero y después me bauticé en las aguas, el día 25/12/11, cuando el obispo Macedo estuvo aquí en la Catedral de Rio. En ese día “enterré” a la antigua Luiza y comencé a dar lugar a una nueva mujer.

Desde entonces, nunca más me distancié de la IURD ni de DIOS. El diablo viene levantándose contra mí, pero él se levanta para caer. Pues soy una “Princesa de DIOS” y sé que voy a prevalecer.

Después de un tiempo, su libro fue lanzado, LA MUJER V, me demoré un poco para comprarlo, pero cuando lo adquirí y lo comencé a leer – ¡qué sorpresa! – vi realmente cómo ser una mujer de DIOS, y que no necesito mostrar mi cuerpo para ser admirada por los hombres. Y si yo no me valoro, ¿quién lo hará? Aprendí que en vez de querer que alguien cambie, yo puedo y debo cambiar. Pues eso es ser una mujer sabia. Aprendí que “Cuando todo a tu alrededor te dice ‘no’, es cuando tienes que encontrar una salida”.

Cada tanto leo el libro y cuando pueda voy a comprar más para regalarle a mis compañeras y amigas.

Antiguamente “adoraba” que los hombres me admirasen. Hoy, ¿adorar? Solamente a DIOS.

Aprendí y continúo aprendiendo con sus mensajes. Cuando usted y su esposo estuvieron aquí en la Catedral, en la Terapia del Amor, estaba sentada adelante, me encantó la reunión y la orientación que ustedes dieron. Sobre todo porque soy soltera, fueron de gran valor “los consejos” que usted dio.

En resumen, es eso Sra. Cris. Agradezco al obispo Macedo, a la IURD, a usted, y principalmente a DIOS, pues no estaría escribiendo este e-mail si no fuese por Su misericordia y amor hacia mí.

¡Qué DIOS continúe bendiciendo a todos!

Luiza Rangel de Castro