¿Cuál es su motivación?
“Pero los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente.” Jueces 8:1
Varias cosas me llaman la atención en este pasaje bíblico:
¿Quiénes eran los efraimitas? Eran los hombres más guerreros de todas las tribus de Israel. Eran los hombres con más ánimo y coraje para la guerra – solo que ellos eran motivados solo para la guerra, no para la honra o gloria de Dios, sino para ser vistos como los valentones, los superiores, los que no necesitaban a nadie.
Es por eso que Dios le dijo a Amasías “No vayas con ellos, con los soldados de Efraín, aunque sean hombres experimentados que saben luchar con armadura y escudo” (pues los hombres de las otras tribus de Israel no sabían luchar con armadura y escudo como los de Efraín). Los Efraimitas confiaban en su técnica, en el orgullo que alimentaban en su interior: “Somos los más valientes de Israel”, pensaban equivocadamente ellos. E hicieron de eso su sustento.
Vea:
“Y de Israel tomó a sueldo por cien talentos de plata, a cien mil hombres valientes. Mas un varón de Dios vino a él, y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque el SEÑOR no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín.
Pero si vas así, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar. Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: el SEÑOR puede darte mucho más que esto. Entonces Amasías apartó el ejército de la gente que había venido a él de Efraín, para que se fuesen a sus casas: y ellos se enojaron grandemente contra Judá, y volvieron a sus casas encolerizados.” 2 Crónicas 25:6-10
Nosotros somos guerreros del Señor de los Ejércitos, pero ellos eran guerreros por interés, tomaban toda la gloria para sí, estaban siempre dispuestos a guerrear por los despojos o por un salario, eran mercenarios, solo iban a la guerra si existía una motivación personal, una recompensa monetaria. Pero, ¿ellos no eran de guerra? ¡Sí! Sin embargo, solo por interés personal.
Nosotros somos DE LA guerra, nosotros somos de guerra, porque somos soldados del Señor de los Ejércitos. ¡Es diferente! Nuestra guerra es la guerra de Dios, es la guerra contra el mal, pues nosotros somos de la paz; inclusive, oramos por la paz y la tenemos en nuestro interior. Nuestro Príncipe es el Príncipe de la Paz, pero, claro, estamos en un mundo que exige vencer las guerras o las batallas, donde nuestro Señor es el Señor de los Ejércitos. Siendo así, nosotros vamos a la guerra, no huimos de ella. ¿Entienden la diferencia? No guerreamos por motivos personales, solo queremos vencer la guerra del pueblo, la guerra de la Verdad, la guerra de la Justicia, pero nada para nuestra gloria, y sí todo para la gloria de nuestro Dios.
“Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Juan 12:26 – lo contrario de lo que hará con aquellos que un día se corrompieron, desertaron, blasfemaron; aquellos que un día se vendieron, acusaron. A esos, Dios les dirá que no luchará con ellos. Aquellos hombres no eran de la guerra de Dios, pero Gedeón y los 300 sí, porque cuando el Espíritu Santo lo revistió, él tocó la trompeta: “… y entonces salieron para encontrarse con él…”
Todos fueron llevados hasta Gedeón. En realidad, todas las ciudades tenían que pasar por la ciudad de Efraín para llegar hasta Gedeón. Entonces, los hombres de Efraín sabían de la guerra, pero decidieron ignorarla. Era imposible que ellos no supieran, ya que los madianitas cubrían todo el valle (note que cuando Gedeón sacrificó para Dios, el diablo también tocó la trompeta y los madianitas acamparon contra Israel – justamente después de que Gedeón había sacrificado. El diablo no permanece indiferente, él también se mueve, hace uso de su ejército para que la persona se intimide, se conforme y retroceda. Para que desista.)
Como no había sido prometido nada a los efraimitas, nada les estimulaba a luchar contra 135 mil, pero, ahora que solo restaban 15.002 ellos estaban “enojados”, se hicieron los desentendidos, pues, ¿cómo podía ser que Gedeón hubiera ido a la guerra sin llamarlos? ¿Excluyéndolos? Eso, cuando él tocó la trompeta y todos tomaron conocimiento de lo sucedido, inclusive con el altar de Baal y el posterior ídolo.
El guerrero que es guerrero no espera, se incluye, se convoca, porque es soldado y siempre está listo. Este es el siervo de Dios. No importa dónde, cómo, con quién, estos son el hombre y la mujer de Dios: ¡nada les impide que sean los guerreros que ya son!
Después de que Gedeón dio su testimonio de vida, de sacrificio y de poder, ellos contendieron fuertemente con él. Así actúa el diablo, al usar personas mal intencionadas en nuestro medio. Pero, ¡atención! Son esos los que se pierden, se corrompen y caen, son esos los que desertan, porque su intención es personal.
El hombre de Dios espera la Recompensa Espiritual, pues está escrito que Él nos dará un nuevo nombre escrito en una piedrita blanca, que simboliza la pureza, la santidad. Y los despojos del hombre de Dios son los testimonios, la liberación del pueblo y su salvación – eso es lo mínimo que debe suceder.
Aquellos que desertaron y se corrompieron es porque están en una guerra, pero solo para aparecer o recibir algo a cambio – esos son los de Efraín. Nosotros somos de la tribu de Judá –no digo ni de la tribu de Levi – , ¿por qué? Porque el profeta que vino antes de Gedeón era de la tribu de Levi, pero esa era religiosa, tradicional. Nuestro Linaje es el de David, sin ninguna condición humana, pero Indignado, Santo; es decir, Dios levantó a la IURD y nosotros mismos nos escogimos por la intención sincera de servir a Dios y no a nosotros mismos.
Por eso, nosotros los de la IURD, no nos vendemos, inclusive porque ya fuimos comprados por la Sangre de nuestro Rey JESÚS. No puedo decir lo mismo de aquellos que un día estuvieron entre nosotros, y, lamentablemente, no eran de nosotros*; y, por eso, se vendieron, cuando salieron de la IURD ¡para abrir una secta evangélica!
Y usted, ¿es de guerra o DE LA guerra de Dios?
(*) Mateo 15:13
Te veo en la IURD, ¡o en las Nubes!
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