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¿Cómo vivir más allá de las apariencias?

¡Hola señora Cris!

Qué bendición será nuestra próxima reunión del Godllywood Autoayuda, el último sábado de este mes, 31 de julio, a las 18 h, en el Templo de Salomón, en todas las iglesias Universal, y también en vivo por univervideo.com.

Necesito dar un breve testimonio acerca de la apariencia, pues esta cuestión me persiguió durante mucho tiempo. Ya he tenido varios trastornos alimentarios, era adicta a las drogas para bajar de peso y tan adicta a las compras que tenía deudas astronómicas para sentirme un poco mejor, es decir, tenía muchos problemas de autoestima.

Sin embargo, en el último Ayuno de Daniel, tuve la mayor gloria de mi vida. Mi tan esperado bautismo con el Espíritu Santo… ¡y puedo decir, con certeza, que eso cambió mi forma de verme a mí misma y a mi apariencia!

Fui bautizada en el patio de mi casa, una madrugada, y cuando pasé por la puerta, al mirarme en el espejo de la entrada, por primera vez en la vida, me sentí realmente bonita. Vi un alma. Ahora mismo todavía recuerdo ese momento, porque me miré con tanto amor, con tanta comprensión… vi mi rostro iluminado.

Bromeé con mi esposo diciendo que, si hubiera estado haciendo un tratamiento de belleza, me habría detenido en ese momento. Si hubiera tenido alguna cirugía programada, habría desistido. Esa madrugada, mi visión sobre mí misma se transformó.

Amé mis arrugas, amé mi cabello crespo, ¡pues fue Dios quien lo hizo así! He preferido ropas más femeninas, que me recuerdan la gracia con la que Dios me creó. Todo muy femenino, confortable, discreto y dulce, porque la belleza de ser mujer es una bendición.

Cambié mi alimentación, porque un templo del Espíritu Santo merece lo mejor. Soy una casa, y el cuidado y el adorno deben ser atractivos para Dios. Si antes me vestía para atraer la atención de hombres y mujeres, hoy quiero llamar la atención de mi amado Espíritu Santo, y traerle honra a mi esposo. El Espíritu Santo cambió mi vida, pero lo principal, cambió mi mente. Hoy me veo a mí misma, realmente veo quién soy y no lo que el mundo dice que soy.

Gracias, señora Cristiane, por dejarse usar por Dios para bendecirnos. Mientras el mundo tiene mujeres que solo buscan su aspecto exterior como objetivo, yo tengo verdadera admiración por la señora Ester, quien para mí es linda como mi madre obrera. Mujeres que van más allá de la apariencia y nos enseñan que lo verdaderamente bello no envejece. Nos ponemos cada vez mejores, cuanto más cerca estamos de Dios.

Pamela Souza