¿Cómo comenzó todo?
Algunos creen que toda la creación provino de una explosión cósmica, el llamado Big Bang; mientras que otros creen que fue Dios quien realmente creó todo con el poder de Su palabra.
Respeto a todos, pero me parece incoherente creer en el Big Bang, porque todo aquello que explotó, debió venir de algo también, ¿no es verdad?
Mi fe es que fue realmente Dios quien creó todo. No presencié personalmente esta creación, pero no fue necesario, pues he visto el poder de este mismo Dios manifestado en mi vida, y eso ya me basta para creer en Él.
Pero yo quiero llamar su atención hacia cómo sucedió eso.
Vea que todo lo que Dios creó se tornó existente, apenas por la Palabra de Él. Y dijo Dios: “Sea la luz; y fue la luz.”
Y todo lo demás fue hecho apenas por el poder de la Palabra de Dios, inclusive el hombre. “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen…”
Después de todas esas creaciones – tierra, mar, sol, luna, estrellas, animales, árboles y el hombre –, nosotros vemos a Dios siempre diciendo: “Y vio Dios que era bueno.”
Sin embargo, después de la creación del hombre, vemos a Dios, por primera vez, diciendo que algo no era bueno. ¿Qué fue exactamente? “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Génesis 2:18
Pero aquí no vemos a Dios creando la mujer, como lo hizo con todas las otras cosas, ¡absolutamente con Su palabra!
Para crear una auxiliadora para Adán era necesario que él también contribuyera con su sacrificio. Al final de cuentas, era él quien necesitaba de alguien y no Dios. Dios estaba listo para ayudarlo, siempre que Adán también hiciera su parte.
Y es exactamente aquí que reside la soledad de muchas personas. Todas quieren la ayuda de Dios para encontrar su mitad, pero no todas están listas para sacrificar una de sus costillas.
Claro, existen aquellas que han sacrificado hasta incluso varias de sus costillas intentando encontrar la felicidad en el amor. El problema de esas personas es que el sacrificio no ha sido para Dios y sí para el mundo. Ellas gastan ríos de dinero intentando mejorar su apariencia física o intentando comprar el amor de quien aman, pero claro, ¡eso no funciona!
La única manera de ser feliz en el amor es dormir profundamente, que significa confiar plenamente en Dios (así como las personas confían en los médicos cuando están siendo operadas) y, claro, estar listo para sacrificar una o más de sus costillas.
Y es por estas personas que iremos hasta el Pozo de Jacob, llevando el sacrificio de aquellos que han sufrido en la vida sentimental, pero que creen que así como Dios proveyó a Adán, Isaac y Jacob, también las proveerá a ellas.
Esta es mi fe. ¿Cuál es la suya?
Que Dios los bendiga.
Obispo Celso Junior
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