Citas, Noviazgo y Matrimonio - 3ª Parte
Hay muchos puntos a tratar acerca del matrimonio. Pero por en cima de todo, si alguien desea tener una vida sentimental bendecida debe tener presente en primer lugar la voluntad de Dios. Ésta se encuentra en la cabeza y no en el corazón cómo muchos creen equivocadamente. Es en el corazón donde se alberga la voluntad del hombre.
Cuando la persona es realmente nacida de Dios hace prevalecer la voluntad de Dios por encima de la voluntad de su corazón. Eso es lo que hace la diferencia.
Cuando una persona se casa, no se casa apenas con un cuerpo. Se casa con una persona que es cuerpo, alma y espíritu. Y la manera de pensar de la otra persona es diferente, su corazón es diferente y si una persona no se casa con la persona escogida por Dios, va a sufrir porque apenas se va a unir físicamente con otra persona y cuando descubra el interior, es cuando surgirán las complicaciones.
El Espíritu Santo nos ayuda en nuestra elección pero él sólo nos ayudará, nos auxiliará si realmente necesitamos de él.
Cuantas no son las veces en las que el Espíritu Santo está mostrando que ese muchacho más joven que esa chica no es de su voluntad pero ella insiste, alegando que ese muchacho es cómo ella pidió a Dios, tiene las características que a ella le gusta y con esos argumentos intenta convencerse que ese es el muchacho que Dios quiere para ella a pesar de tener un pequeño detalle: es 2 años, 5 años menor que ella.
Muchas personas no quieren oír la voz del Espíritu Santo y desean dar prioridad a su fe emotiva, a los deseos de su corazón. Algunas hasta dicen:”Pero no aparento físicamente ser más mayor que él”. Pero el problema no es la apariencia es LA MENTALIDAD.
Una niña de 10 años tiene condiciones de ser madre, un niño de 10 años no creo que tenga condiciones de ser padre. Por ejemplo, cuando el muchacho tiene 20 años, su mentalidad es de 17 años, incluso de menos. Pero cuando la muchacha tiene 20 años, su mentalidad es de 25 años. Imagínese, ellos se casan y la diferencia de mentalidad que hay entre ellos es de casi 10 años.
Yo por ejemplo, tengo 5 años más que Ester. Y me acuerdo que cuando yo tenía 25 años, yo era muy infantil, y eso nos hacía discutir por tonterías, cosas sin importancia.
Si los dos no son de Dios, o los dos son de Dios pero no es de la voluntad de Dios el estar juntos, van a tener muchos problemas.
Imagine que la joven de 25 años tiene una carrera y el joven 22, 23 años, ¿Cómo van a compenetrarse? Lo que uno siembra hoy, lo va a recoger mañana.
Otro caso: una chica de 28 años madura y el chico de 30 años, maduro también. Técnicamente son perfectos para el matrimonio, sin embargo, el chico no tiene capacidad intelectual, no tiene las condiciones necesarias para ser el cabeza en ese matrimonio. Ella es intrépida, corajosa, intelectual mientras que él es tímido, retraído, no tiene capacidad de tomar decisiones, los dos se casan pero se casa un cuerpo con otro cuerpo, pues en el día a día, van a descubrir que los dos no fueron hechos el uno para el otro.
Tiene que encontrar una persona compatible con usted para ser feliz. Pero Obispo, ¿y si los dos tienen el Espíritu Santo? Si, pero el Espíritu Santo no impone su voluntad en la mentalidad, el sugiere, el da la dirección pero quién va a ejecutar esa dirección es la persona.
El hecho de los dos tener el Espíritu Santo es extremadamente importante pero hay que tener en cuenta otros factores para la convivencia en el día a día. Por eso, si alguien desea ser feliz en el matrimonio, tendrá que usar la inteligencia, y nunca la emoción.
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