Obispo,

Es la primera vez que escribo para su blog. Acompaño sus mensajes diariamente por este espacio, sigo la programación de la IURD TV y soy un miembro reciente de la Iglesia Universal del Reino de Dios.

Desde que llegué por primera vez al templo de la Iglesia, vivo una transformación en mi vida. Más que los efectos que la práctica de la fe tuvieron en mi rutina personal y profesional, el modo como veo el mundo desde entonces es otro, diferente, como si un velo hubiese sido retirado de delante de mis ojos. No profundizaré en el relato de estas transformaciones, pues sé que son una costumbre durante la trayectoria de estos 35 años de la IURD.

Lo que me motiva a escribirle este texto a usted es la indignación con el modo de cómo pasé a ser tratado desde que elegí mi fe; desde que pude ejercer mi libre albedrío de optar sobre de qué manera yo haría mi relación con Dios. No hablo aquí de mis familiares, amigos, colegas o conocidos. Pasé a ser atacado, diariamente, por los medios de comunicación por los cuales yo me informo hace más de 20 años.

Quien lee este texto ahora puede preguntarse:
– Pero, ¿cómo los periódicos, las revistas, las emisoras de TV pueden atacar la vida de un simple fiel?

Aunque tenga la certeza de que usted sepa la respuesta, hago cuestión de explicar. Al ver a mi fe siendo denigrada diariamente bajo los más diversos argumentos, quien es alcanzado soy yo y las millones de personas que ejercen la fe evangélica y escogieron una vida al lado del Señor Jesús.

Vivo en la capital paulista hace 24 años y estoy suscripto a «Folha de S. Paulo» hace exactamente dos décadas. Hoy tomé la decisión de cancelar mi suscripción. No quiero abrir la puerta de mi casa cada mañana y agarrar un periódico que fue pensado, escrito e impreso con la finalidad de atacarme. No necesito eso. No es desde hoy que acompaño los ataques de «Folha» a la IURD y a usted, sino que el velo que estaba delante de mis ojos impedía una visión clara sobre las nefastas intenciones de los dirigentes de aquel grupo.

A cada momento y bajo cualquier argumento, ellos intentan destruir nuestra fe. Ahora es a causa de las elecciones. ¿Cuánto mal habrá hecho a estos señores del diario el candidato Celso Russomanno, católico asumido? ¿Por qué el nombre de la Iglesia Universal está presente en más de la mitad de los reportajes sobre su candidatura a intendente? ¿Será porque forma parte de un partido que tiene como líderes o miembros a integrantes de la IURD? ¿Cuántos católicos, protestantes, umbandistas, espiritistas, budistas, religiosos en general son afiliados a partidos políticos y cuántos están en cargo de mando en los mismos?

¿Qué tiene que ver mi fe con la elección? Nunca, repito, nunca, en cualquiera de los templos de la Universal que frecuento, vi ni siquiera un esbozo de indicación política, de intención de voto, por parte de cualquier obispo, pastor, obrero o hasta miembro de la IURD. Jamás, repito, jamás, oí un mensaje de orientación electoral en los programas de la Iglesia en la TV, internet o radio.

Estoy todos los miércoles y domingos en la Iglesia. Los demás días, acompaño la programación por los medios de comunicación. Soy testimonio vivo de que lo que está siendo dicho por los diarios, en especial por “Folha de S. Paulo”, es la más pura mentira. Y me siento alcanzado personalmente por eso.

Soy apenas uno, pero al cancelar mi suscripción de 20 años, cumplo mi papel de mantener la verdad como piedra fundamental de la vida que escogí para mí desde que entré en un templo de la IURD.

Que nuestro Señor Jesucristo pueda guiar a los que nos atacan, y el Espíritu Santo corra esa venda que tapa los ojos de quien vive para atacarnos de manera tan gratuita, pues al contrario del voto, que es secreto, las acciones de todos están siendo claramente vistas y serán juzgadas por nuestro Dios.

Gracias y Dios lo bendiga.
Amigo