En la tarde del día 13 del corriente mes, el Centro de Ayuda Espiritual de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), en Faro, sufrió un ataque de vandalismo, habiendo la Iglesia sido destruida con una retroexcavadora, aparentemente proveniente de una obra próxima, por un ciudadano de unos 40 años.

Este infeliz caso fue publicado en diversos medios de comunicación social, colocando en cuestión la imagen de la Iglesia Universal del Reino de Dios, al haber sido afirmado que la institución estaría en deuda con esta persona o habría vendido todos sus bienes y donado el dinero a la Iglesia. Toda la información difundida fue, apenas, basada en la opinión de los curiosos que estaban en el lugar.

La IURD quiere agradecer la rápida intervención de la GNR y de la PSP (autoridades policiales locales), que permitieron detener, identificar y llevar al tribunal al señor que practicó tal acto, a nuestro ver, totalmente censurable.

La Iglesia y sus representantes, tanto locales como nacionales, no fueron constatados en ningún momento, por algún medio de comunicación social, después de lo sucedido, no dando oportunidad alguna de justificar o de presentar su versión de los hechos.

La IURD es una institución que está en Portugal hace 20 años, estando durante todo este tiempo cerca de la población portuguesa y haciendo un trabajo diario de ayuda social y espiritual junto aquellos que lo quieren, de libre y espontánea voluntad. En este sentido, lo mínimo esperado por parte de una sociedad que se dice libre seria, antes de divulgar cualquier tipo de información, dar la oportunidad a ambos lados de la historia de exponer su versión.

En este caso concreto, las noticias expuestas fueron basadas en hechos no confirmados, situación que contraria en mucho una de las reglas mas elementales de una clase profesional que visa relatar hechos con el mayor rigor e imparcial posibles.

La Iglesia Universal del Reino de Dios no tiene ningún problema en comentar una situación como esta, teniendo en cuenta que el ciudadano involucrado no tiene ninguna conexión con la Iglesia, nunca fue miembro y mucho menos ejecutó algún trabajo para la IURD.

Fue una situación de violencia gratuita, preconceptuosa y fanática de una persona claramente perturbada, que, fácilmente, se dejó manipular por medios de comunicación social menos escrupulosos.

Queremos también asegurar que el proceso con el nº 999/10.9 PBFAR correrá sus términos y que la Iglesia no dejará de exigir responsabilidades criminales y civiles al autor de este acto.

Gabinete de Prensa de la Iglesia Universal del Reino de Dios (Portugal)