thumb do blog Blog Obispo Macedo
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¡Ah! ¡Qué día!

Quiero compartir lo que estoy viviendo, no lo puedo callar, no lo puedo guardar. Es algo tan glorioso, tan extraordinario, que parece saltar dentro de mí. Yo no sé si encontraré palabras para describirlo, porque es algo inconmensurable.

¿Cómo perdí tanto tiempo?, ¿por qué recién ahora? Mi Dios, ¿cómo perdí?


Aunque alguien me dijese: “Yo le daré todo el dinero del mundo para que usted me de lo que tiene”

Yo diría: “No soy LOCA, eso no se compra ni se vende, porque el precio fue la Sangre derramada en la Cruz del Calvario”.

Hoy sé lo que es vivir dentro del Reino de Dios aquí en la Tierra. Es un gozo en el alma, paz, alegría y confianza dentro de mí que ni yo me reconozco.
A veces paro y me quedo pensando, parece que no soy yo, es algo tan grande que digo: “Mi Dios, ¡Cuán MARAVILLOSO eres!

Ahora, realmente yo amo. No dependo de las circunstancias para amar. No dependo del amor de las otras personas para amarlas, no necesito llevarme bien con las personas para amarlas, simplemente yo las amo porque son almas. Simplemente porque yo también soy falla, pecadora y amada, a pesar de ser quien soy.

Sucede algo que intenta molestarme, y yo ya no lo veo con malos ojos, intento entender a la persona, ponerme en su lugar, traigo aquello hacia mí, en el sentido de darme cuenta del por qué, descubrir dónde me equivoqué, lo que hice o no hice para que eso suceda, pero es de una forma tan natural que no me quita la paz.

Soy libre. Estaba hablando con mi Dios y parecía que estaba flotando, yo me veía en un lindo jardín danzando con Él cuando Él me dijo: ¿Y si Yo te trajera Conmigo? Respondí: “Yo sólo ganaría”

¿Sabe lo que Él me respondió?

“No hija mía. Usted ya está salva. Pero todavía tengo muchas almas que ganar a través de su vida”.

Yo simplemente Le dije: “Heme aquí para ser usada. Mi vida es para ser gastada”.

Me sentí una nada, me avergoncé tanto cuando me acordé del tiempo en el que yo era egoísta. Mientras que yo vivía en mi mundo, muchas vidas estaban siendo llevadas al abismo. Le pedí perdón a Dios y sé que todavía hay tiempo, y el tiempo es ahora.

Voy a cumplir 15 años en esta obra maravillosa, y yo decía, de una forma automática, sin pensar y porque oía a los otros diciéndolo: “Dejé todo para ganar almas”

Hoy sé que realmente yo hasta hablaba de la salvación, hablaba de Dios, intentaba ayudar a las personas, pero no daba la vida, porque para dar la vida por los otros, primero tenía que darle mi vida a DIOS totalmente.

Pero, ¿Cómo? ¿Yo no entregué ya mi vida a Jesús? ¡Claro que sí! Sólo que no había entregado realmente todo. Mi egoísmo, mis voluntades, mis sentimientos, todo eso me aprisionaba, me limitaba. Dios quería usarme pero yo se Lo impedía.

¡Fui TONTA, NEGLIGENTE! No tuve ojos espirituales para ver lo que Dios quería. Primero mi entrega, y solamente después yo tendría condiciones, dadas por Él, para hacer Su obra.

Pero, gracias a Dios, después de casi 15 años, ese despertar llegó. Él creyó en mí y no desistió, ¡cuán lindo es mi Dios! Ahora yo no quiero decepcionarlo, sé que el tiempo no vuelve atrás, pero otra cosa yo sé, y Él también: estoy a disposición para gastar todos los segundos de mi vida para destronar el reino del diablo y hacer crecer el Reino de Dios.

Hoy puedo decir, sin sombra de duda, que dejé todo para ganar ALMAS, aunque mi todo no es nada delante de lo que ÉL hace y ha hecho por mí.

Ana Menezes.