thumb do blog Blog Obispo Macedo
thumb do blog Blog Obispo Macedo

Abnegación

Todo siervo sabe que la obra de Dios exige abnegación. O sea, sacrificar su ser para atender las necesidades de otros. Pero lo que ni todos saben es que no basta apenas algunos sacrificios. ¡Y es precisamente ahí que está el elemento divisor entre los verdaderos y los supuestamente verdaderos siervos de Dios!

“Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas, y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26).

¿Quién estaría dispuesto a sacrificar la familia y hasta la propia vida para seguir y servir al Señor Jesús? A veces, el sacrificio de la propia vida, a pesar de ser doloroso, aun así es más fácil que el de la familia.

En cambio de una residencia fija para sus familiares en América, muchos hijos de emigrantes han arriesgado sus vidas en las guerras. Aborrecer padre, madre, mujer, hijos y hermanos nos lleva a abnegar el sentimiento humano más fuerte: La pasión familiar.

¿Se acuerda del pedido de Dios a Abraham? ¿Sacrificio de Isaac? Pues lo es, el Dios de Abraham continúa pidiendo a Isaac…

Muchas veces la persona ofrece su vida en el altar pero no sacrifica sus ídolos familiares. Es por eso que queda difícil el nacimiento del Espíritu.