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6º Día del Ayuno de Daniel


 

El siervo de Dios

¿Quién lo librará?

Ciertamente nuestro Dios a Quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Daniel 3:17

El verdadero siervo de Dios sabe a quién sirve y sabe también que, tarde o temprano, pasará por el fuego. Y el fuego por el que el siervo pasa no es cualquier fuego, a veces, ese fuego es ardiente.

Juan, inspirado por el Espíritu Santo, dijo:

Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Mateo 3:11

Persecuciones, injusticias, difamaciones, calumnias, desiertos, etc., ese es el fuego por el cual todos nosotros, los siervos de Dios, tenemos que pasar, y no hay cómo evitarlo.

Es entonces que vemos si, realmente, tenemos el mismo Espíritu de Sadrac, Mesac y Abed-nego, y si estamos sirviendo al Dios que los libró del fuego.

Cuando Sadrac, Mesac y Abed-nego fueron amenazados por el rey, dijeron:

Ciertamente nuestro Dios a Quien servimos puede librarnos…
Daniel 3:17

Ante una amenaza de muerte, permanecieron fieles, eso es verdaderamente confiar y servir a Dios.

La pregunta que no se puede callar en este momento es: ¿Está usted realmente sirviendo al Dios Altísimo, al punto de que Él se vea en la obligación de librarlo?

Sepa que Dios siempre estará con Su siervo, donde quiera que sea. No importa su situación ni su condición, ¡Dios ciertamente lo libra!

Vea la promesa de Él a Sus siervos:

Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Isaías 43:2

¡Esto es muy fuerte! El que sirve al Dios Vivo de cuerpo, alma y espíritu, como esos tres hombres, no será vencido jamás.

Cuando tenemos el Espíritu de Dios, venga lo que venga, pase lo que pase, ¡Él nos libra!

Pero estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed-nego cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Ciertamente, oh rey. El rey respondió y dijo: ¡Mirad! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Daniel 3:23-26

Mis amigos, los versículos anteriores nos muestran, claramente, que Dios estaba con aquellos hombres. Ellos no estaban atados, sino sueltos paseando dentro del fuego y no habían sufrido ningún daño.

Ahora, piense bien, ¿cómo alguien puede estar sirviendo a Dios, decir que tiene Su Espíritu, si la vida está atada y sufre todo tipo de daños físicos y espirituales?

¡No, no, no! ¡No podemos aceptarlo!

Ponga esto dentro de usted ahora mismo: “Tengo que hacer que las personas vean y reconozcan al Dios que yo sirvo”.

Si el propio rey Nabucodonosor tuvo que ver y reconocer, en los días actuales no puede ser diferente. Todos necesitan reconocer al Dios de nuestra vida. Y eso solo va a suceder si somos verdaderamente siervos y llenos de Su Espíritu.

Habló Nabucodonosor y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en Él, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios. Daniel 3:28

Antes de exigirle a Dios cualquier cosa, medite si usted Lo está sirviendo de cuerpo, alma y espíritu, o sea, 100%.

¿El Dios que libra ha sido el Primero en su vida en todo?
Si así fuera, la promesa del Señor Jesús Se cumplirá en su vida.

Si alguno Me sirve, que Me siga; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor; si alguno Me sirve, el Padre lo honrará. Juan 12:26

Colaboró: Obispo Renato Valente

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