Hay dos tipos de persona que concurren a la iglesia. La PRIMERA PERSONA es aquella que ve dificultades en todo. En realidad, las dificultades existen en su interior y su visión es una visión pesimista. Ella es incrédula por no creer que puede vencer al infierno que se encuentra en forma de barreras entre ella y la promesa de Dios. Ilusionada, piensa que la concurrencia a la iglesia, el conocimiento bíblico, sumados a los ayunos y oraciones, son suficientes para que ella tome posesión de las promesas divinas. Es como dice el texto:  “… porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” (Hebreos 10:36).

Tengo que alcanzar las promesas, y la voluntad de Dios es que yo tome actitudes, que luche contra los enemigos que se oponen contra mí, impidiéndome de alcanzarlas.

El OTRO TIPO DE PERSONA que viene a la iglesia es aquella que ve la victoria, aún en una situación que humanamente hablando es imposible ver la solución. Su visión es la visión de la Fe. Ella tiene conciencia de la actitud que tiene que tomar para vencer las barreras insuperables existentes entre ella y la promesa de Dios. La certeza que ella tiene en su interior es la certeza que Caleb y Josué tenían, como dice el texto: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30).

No hay barreras que la actitud de Fe puesta en un desafío no pueda derrumbar. Yo creo que es momento de tomar posesión, ¿Y USTED?

Obispo Romualdo Panceiro