El Señor Jesús no vino a traer paz a la Tierra para que todos estén en paz unos con otros. Esto es imposible porque mientras haya tinieblas en este mundo, siempre habrá guerra entre la luz y las tinieblas.

Si usted tiene una alianza con Dios, usted es luz y tendrá paz con Dios. Pero en el lugar en el que trabaja o vive, usted siempre va a encontrar personas incrédulas con pensamientos o comportamientos completamente diferentes a los suyos. A veces, algunas de estas personas hasta van a la iglesia, pero por el hecho de no tener una alianza con Dios son incrédulas y siempre serán usadas por el mal para levantarse en su contra.

En realidad, usted tiene una visión de la grandeza de Dios, y por eso lo consideran loco, por su fe en la Palabra de Dios. Cuando usted hace un desafío con Dios, poniendo su ofrenda en el altar; cuando usted hace un sacrificio, es tildado de tonta o tonto, que tiene que ser internado en un manicomio. Cuando lo hacía para el diablo, no había problemas, pero, para Dios sí. Debido a esta convivencia imposible entre la luz y las tinieblas, el Señor Jesús nos dio un arma, una espada, no física, sino espiritual e infalible. Ella debe ser usada, sino las tinieblas prevalecerán. Abraham usó esta arma con perseverancia.

Cuando usted viene a la iglesia, tiene la oportunidad de fortalecerse con esta arma. El discurso aquí es completamente diferente al que usted escucha en su trabajo o en su casa. Allí hay duda; aquí hay fe. Sin contar que la persona pasa más tiempo en casa o en el trabajo que en la iglesia. De ninguna forma Dios quiere la división de la familia, pero si el padre fuera luz y el hijo, tinieblas, o si la madre fuera luz y la hija, tinieblas, o si la nuera fuera luz y la suegra, tinieblas, entonces habrá conflictos y guerra. Por eso, la necesidad de poner la espada en práctica con perseverancia , para que las tinieblas sean destruidas.

Antes, usted amaba más a su padre y madre que al Señor Jesús. Ahora, debido a su alianza incondicional con Dios, usted los ama menos. El diablo hace que la madre piense que perdió a su hijo; el marido piensa que perdió a la esposa. Todo eso, sumado a la cruz que cargan los que tienen una alianza con Dios. Lo que usted tiene que hacer para vencer es permanecer en la fe, fiel a la alianza que usted tiene con Dios.

Obispo Romualdo Panceiro