Pablo se lo entregó a Satanás
A título de aclaración, yo creía en la seriedad del trabajo de Valdemiro. A pesar de parecerme extraño el hecho de que él predicara un Evangelio y viviera otro.
Pues, ¿cómo puede alguien enseñar al respecto de Jesús y del odio al mismo tiempo?
Llama la atención en su “apostolado” que al predicar destile odio, pero al pedir la ofrenda llore. ¿Por qué, eh?
La primera lección aprendida en la fe cristiana es el amor practicado en el perdón. Sin perdón no hay salvación.
Era muy extraño su odio gratuito contra mi persona.
Hasta comprendería si algún día él se levantara de mal humor o estuviese con SPM espiritual y resolviese destilar su odio contra mí.
Pero no. Según me dijeron, en sus programas televisivos y hasta en sus prédicas en las iglesias su blanco no era Satanás, sino Edir Macedo. ¿Por qué?
Nunca supe la razón.
Sé que mucha gente me odia gratuitamente, debido a la prensa amarilla. Pero él… Sinceramente, no tenía ni idea.
Éramos amigos y vivíamos la misma fe. No me acuerdo de ninguna discusión o desacuerdo entre nosotros en el pasado. Ni siquiera de una sola injusticia de mi parte cometida contra él.
Al contrario. Yo lo consideraba amigo de la fe. Tanto, que un día, estando en los Estados Unidos, lo llamé pidiéndole que fuese a orar por mi amada madre. Él fue, pero no sirvió de nada. Luego ella falleció.
¿Cómo podría herir a alguien que oró por mi madre?
Entonces, continuaba preguntándome: ¿qué fue lo que le hice?
¿Por qué tanto odio?
Eso me intrigaba.
Hasta que al final, la ficha me fue revelada.
Su odio gratuito no era de él, ni tenía razón de existir.
Vino de la nada. O mejor, nació del espíritu inmundo al que él le permitió ocupar su corazón.
El diablo me odia porque le robo almas.
¿Cómo puede un predicador del Evangelio destilar odio?
El mismo Jesús que curaba y liberaba también enseñaba el amor y el perdón de forma clara e incisiva:
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6:14-15.
Valdemiro, sé que vas a leer este post. Y cuando lo hicieres, debes saber que no tengo y jamás tendré ningún mal sentimiento respecto a ti. He orado por ti y tus seguidores.
Pero sinceramente no logro ver futuro espiritual promisorio para ustedes. No es que no haya salida. Es que la puerta es muy estrecha y no creo que ustedes tengan coraje ni disposición para atravesarla.
Pero, continúo orando. Y el Espíritu Santo es Testigo de eso.
No hago esto porque soy santo. ¡De ninguna manera! Hago esto porque quiero preservar mi fe y salvación.
Pues, ¿cómo podría predicar el Evangelio y olvidar su mensaje más importante que es el PERDÓN?
Si necesito de compasión diaria, ¿cómo no perdonar a mis ofensores?
No vivo por lo que siento, sino por lo que creo. Y mi creencia exige obediencia a la Palabra de mi Señor.
Hasta intenté liberarte a la distancia. Mira el video “A los incautos”. Pero parece que no funcionó.
De cualquier manera, públicamente te perdono. Si hicieras lo mismo conmigo, amén. Bueno para ti y tus seguidores.
De lo contrario, voy a continuar luchando contra el infierno, empeñando todas mis fuerzas y también orando por ti.
Obs:
Pablo, el verdadero apóstol, no fue tan complaciente en su época. Para alguien de la iglesia de Corinto, usando su autoridad, ordenó: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” 1 Corintios 5:5.
A otros tantos que estaban desviándose de la fe cristiana, también los entregó a Satanás diciendo: “… de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.” 1 Timoteo 1:20.
No te preocupes, porque no he tenido el mismo coraje de él.
Por lo menos hasta ahora.
Dios tenga misericordia de ti como ha tenido de mí.
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso
