La Santa Duda de Dios
No hay más de una persona que se ajuste a la otra.
Eva no era cualquier persona.
Ella fue hecha sólo para Adán.
Los dos combinaban en todo.
Uno confiaba en el otro.
Tanto era así, que él acató su sugestión y rechazó la de Dios.
Su rebeldía le costó la vida.
Pero no se puede negar que su error fue debido al balance entre ellos.
¿Qué se aprende con eso?
Mi fe dice que sólo hay una mujer para un hombre.
El hombre puede casarse con cualquier mujer.
Incluso se pueden soportar a lo largo de la vida.
Pero no serán felices, si no fuesen nacidos el uno para el otro.
Casarse es simple y fácil.
Lo difícil es encontrar a la persona adecuada.
Pero…
“El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia del SEÑOR.” Proverbios 18:22
La creación Divina la hizo a Eva perfectamente ajustada para Adán.
Antes de encontrar a mi Ester intenté consolidarme con muchas otras.
No todas combinaban con la apariencia que buscaba.
Algunas me fascinaban sobremanera.
Pero no combinaban con mi fe.
Dolía tener que dejarlas…
Pero en mi interior, latía una minúscula señal de alerta.
La señal de la duda.
No era la persona adecuada.
Mientras tanto, Ester me buscaba sin conocerme.
Yo la buscaba sin haberla conocido.
¿Cómo nos encontraríamos?
Solamente Una Persona podía hacer que nos encontremos.
El Espíritu de Dios.
Cuando nos conocimos, parecía que estábamos buscándonos uno al otro desde el nacimiento.
A partir de ahí, la duda de Dios me dejó libre para ir adelante.
Eso mismo.
La santa duda de Dios.
Cuando sucede es para llamar la atención del peligro de muerte.
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso
