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Sexo y Fe

“Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
“De mi parte”, he aquí Mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré Mi pacto entre Mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Dijo de nuevo Dios a Abraham: “De tu parte”, guardarás Mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es Mi pacto, que guardaréis entre Mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.” Génesis 17:3-10

Cuando Dios le propuso la alianza a Abram, Él hizo promesas maravillosas, sin embargo estableció una sola exigencia: ¡la circuncisión! Esa señal era para que Abram recordara que tenía una alianza con Dios, o sea, tendría que dominar los impulsos sexuales, y saber que el sexo, según los parámetros de Dios, es algo limpio, puro. El hijo de la Promesa sería fruto de la relación con Sara, y no de una relación extraconyugal. Mientras Abram cumpliera su parte, Dios estaría con él.

Vivimos días en los que la perversión sexual revela cuán apartada de Dios está la humanidad, pues sucede de todo. Es hombre con hombre, mujer con mujer, humanos con animales, intercambio de parejas, y muchas más cosas que ni siquiera tenemos idea que existan.

El diablo encontró la mejor manera de derribar a los que están en el altar de Dios, pues no pudiendo destruir la fe, entendió cómo hacer que el hombre quiebre la alianza con Dios, por eso él ataca la vida sentimental de las personas. Hasta podemos decir que la puerta del infierno se llama AMOR – no el amor verdadero, sino ese “amor-sentimiento” en el nombre del cual el ser humano ha practicado abominaciones buscando el placer sexual.

¿Cómo robar la fe de un pastor, de un obispo, de un obrero o de un nacido de Dios?

El diablo descubrió cómo y ha hecho que muchos vivan una vida doble, pensando que nadie nunca descubriría sus “secretos”, siendo una persona delante de la iglesia y de la sociedad, pero alimentando la promiscuidad, las fantasías y pensando que “todo lo bueno” que hacen para Dios los justificará. Pero la verdad es que Dios ya Se apartó de ellos desde el primer momento en que rompieron su alianza con Él.

Es imposible. Quien quiere mantener una alianza con Dios tiene que guardarse y vivir una vida separada para Él. Quien está casado que cuide muy bien a su cónyuge y quien aun está soltero, que guarde su cuerpo como el templo del Espíritu Santo. Las tentaciones vendrán; pero, para eso, ¡nada como un baño de agua fría!

Es necesario huir de cualquier situación que ponga nuestra relación con Dios en peligro. Si en la época de Abraham Dios le pidió que se circuncidase, ¿se imagina en nuestros días?

Colaboró: Pr Walter Barboza